La Corte Suprema de Estados Unidos aceptó el martes abordar las restricciones de armas impuestas por la ciudad de Nueva York, cuestionadas por la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA).
La portación de armas es un derecho garantizado por la segunda enmienda de la Constitución de Estados Unidos, en la que muchos estadounidenses creen. Desde hace años que la Corte Suprema no se pronuncia sobre el tema.
El alto tribunal cuenta con una mayoría de magistrados conservadores. Un tercio de los adultos en Estados Unidos poseen al menos un arma de fuego.
Estados Unidos registra unos 40 mil muertos al año por armas de fuego, incluidos suicidios. Sin embrago, los intentos de regulación han enfrentado sistemáticamente al poderoso lobby de la NRA y a sus aliados políticos, especialmente entre los republicanos.
La NRA apoyó la acción de los propietarios de armas de Nueva York que demandan a la Corte Suprema invalidar las medidas restrictivas que tiene la ciudad.
En nombre de la seguridad pública, la metrópoli prohibió a los ciudadanos portar un arma fuera de su domicilio, excepto para ir a los siete centros de tiro que hay en la ciudad.
Aunque los demandantes estimaron que esto viola su derecho constitucional, la ciudad ha argumentado que los tribunales le han dado la razón.
Durante su campaña electoral, el presidente Donald Trump prometió nombrar para la Corte Suprema sólo a jueces que defiendan el derecho al porte de armas de fuego.
Desde su elección, ha nombrado a dos jueces, los conservadores Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh, cuya posición en los debates, que no se esperan para antes de fin de año, será muy esperada.