Para recordar y despedir a la jueza Ruth Bader Ginsburg, la Corte Suprema y el Congreso de Estados Unidos destinaron tres días de homenajes.
Ginsburg, quien en el transcurso de su larga carrera legal defendió la igualdad de género y otras causas progresistas, en los últimos años se convirtió en un ícono pop para la izquierda estadounidense.
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"Es como si sintiera la mano de Dios en mi hombro diciendo tienes que venir y rendir respetos a esta persona que fue una defensora feroz de la voz de las mujeres y de sus derechos", dijo Cecilia Ryan, 64 años, quien manejó 12 horas desde la zona de Chicago.
Una multitud de personas llenó los escalones de la corte después de su muerte el viernes, a los 87 años, dejando flores y carteles.
Luego de dos días de audiencia pública en la corte, Ginsburg se convertirá el viernes en la primera mujer en ser velada en una capilla ardiente en el Capitolio de Estados Unidos, cuando su ataúd sea situado en el Salón Nacional de las Estatuas.
La pionera de los derechos civiles Rosa Parks también fue velada en el Capitolio en una ceremonia similar en 2005, pero como no ocupó un cargo gubernamental o militar, no hubo una capilla ardiente.
La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, dijo que, debido a la pandemia, una ceremonia formal que se llevará a cabo el viernes por la mañana estará limitada solo a los invitados.
En el palacio de justicia, que está cerrado al público debido a la pandemia, la jueza permanecerá en reposo bajo el pórtico al aire libre para permitir la vista del público.
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Las autoridades dijeron que se requerirá el distanciamiento social y cubrirse el rostro para protegerse contra la propagación del virus. Las flores y otras ofrendas estarán prohibidas en la plaza de la corte o en su gran escalinata.
Los magistrados por primera vez en la historia de la corte escucharon argumentos orales en mayo por teleconferencia, y lo harán nuevamente el próximo mes.
Aunque el edificio está cerrado, la silla de la sala del tribunal de Ginsburg y el banco frente a él se han cubierto con crepé de lana negra para conmemorar la ocasión, una tradición que se remonta al menos a 1873. También se colgó una cortina negra sobre las puertas de la sala del tribunal.
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