Las máscaras se pasean por los viñedos de Champagne donde la vendimia comenzó este lunes. En Avenay-Vald'Or (departamento de Marne, norte), Marc Augustin no quiere "tomar el Covid-19 como un factor restrictivo", aunque aplica las "reglas básicas de higiene".
"Recomendamos portar mascarilla en todos los traslados y hay gel hidroalcohólico por todos lados", dice, siguiendo de esa forma las recomendaciones de la Unión General de Viticultores en su protocolo sanitario especial de vendimia.
Otras reglas sanitarias también fueron impuestas. "Cada recolector utiliza las mismas tijeras de podar y el mismo balde durante toda la vendimia", continúa el viticultor, que explota diez hectáreas en Avenay-Val-d'Or y Vertus.
"Cada uno vino en su auto y lo guarda durante la cosecha", agrega Augustin. "Y eliminamos el 'tentenpié' de las 10:00 de la mañana y lo reemplazamos por platos preparados individuales".
A la entrada del comedor, desinfectado con ozono como toda la finca, está afichado un recordatorio de los gestos de barrera y hay un dispensador de gel hidroalcohólico, con los que convivirán hasta finales de agosto las alrededor de 40 personas, recolectores, estibadores y otros trabajadores del viñedo.
El primer día de vendimia, la variedad de normas sanitarias no parece pesar en la moral de los 30 recolectores empleados este año por Augustin.
Llegados de Epernay, a pocos kilómetros de distancia, Romane y Lola sonríen y señalan, entre dos cortes de tijeras, su placer de disfrutar de una cosecha.
A unas filas de cepas de distancia, Alan y su grupo de Boulogne-sur-Mer (Pas-deCalais) se reúnen, algunos agachados, otros arrodillados, intercambiando bromas de adolescentes. Impera el buen humor. Los dolores quedan para mañana.
SÓLO FRANCESES
"Habitualmente, cada año empleo a unos cincuenta recolectores", señala Marc Augustin. No obstante, a causa de la crisis económica, el Comité de Champagne decidió limitar el rendimiento por hectárea a ocho mil kilogramos (kg), contra 10 mil 200 kg en 2019, lo que automáticamente redujo el número de recolectores.
También se notó una disminución de las candidaturas, sobre todo de trabajadores de Europa del este. "Este año, solamente hay franceses.
Vienen de Champagne, Hauts-de-France, Commercy, Anjou", todos lugares relativamente cercanos, precisa.
Para él, la pandemia por sí sola no explica el carácter "extraordinario" de esta cosecha 2020 en Champagne. Su precocidad sí le parece excepcional.
"Ha comenzado más temprano, mucho más temprano que antes. En 52 años, he visto adelantarse la cosecha de septiembre a agosto. Aquí, en nuestras cepas de Avenay-Val-d'Or y Vertus, ésta es la octava cosecha desde 2000 que empieza en agosto", explica. "¡Y quizás terminemos antes del 1 de septiembre!".
La calidad en todo caso está siempre invitada a la cita. "Puede ser muy, muy bueno", se congratula, sin ceder a la tenta- ción del entusiasmo.
El servicio técnico del Comité de Champagne es aún más positivo. En un reciente comunicado de prensa señalóque "2020 presenta extraños parecidos con las maravillosas cosechas de 2019".
Algo suficiente como para olvidar un poco la pandemia de Covid-19.
De acuerdo con la Organización Internacional del Vino, Francia es el tercer país del mundo con la mayor superficie vitivinícola del mundo, sólo por detrás de países como España y China.
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