Rebecca Gomperts, médica holandesa de 55 años, ha dedicado años a la lucha de las mujeres por el acceso al aborto alrededor del mundo.
Famosa por su “bote del aborto”, como lo relata el documental Vessel (2014), ella y su grupo, llamado “Women on Waves” han anclado su nave en aguas internacionales de las costas de Polonia, España, México y otros países ofreciendo el procedimiento de interrupción del embarazo a mujeres que de otra forma no podrían obtenerlo.
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Pero es en Estados Unidos donde el interés ha aumentado por su otra organización Aid Access (Acceso a la ayuda), la cual desde 2018 provee de píldoras abortivas por medio de internet.
Detrás del rápido aumento de la demanda está lo que parece -basado en una rara filtración de un documento de la Corte Suprema- ser el inminente fin de la protección federal al derecho al aborto.
Una vez que la Corte se pronuncie oficialmente, quizá el próximo mes, unos 20 estados de Estados Unidos están preparados para prohibir o restringir severamente este procedimiento.
“Ya estamos viendo un fuerte incremento de las solicitudes”, dijo Gomperts a la agencia AFP, agregando que algunas personas están “en pánico”.
“No se trata solo de cuando esto pase, esto ya ha hecho que la gente advierta lo vulnerables que son”, dijo.
La asociación Aid Access, basada en Austria, ha estado trabajando con médicos para completar las solicitudes provenientes de una veintena de estados de Estados Unidos donde las píldoras abortivas pueden ser legalmente prescritas por medio de telemedicina.
Para otros estados, el grupo de Gompert recurre a un vacío de la legislación para enviar las píldoras desde el extranjero.
La demanda ya era alta incluso antes de que la intención de la Corte Suprema se filtrara. En poco más de un año (de octubre del 2020 a diciembre del 2021), Aid Access afirma haber recibido más de 45 mil pedidos desde Estados Unidos.
Entre las razones para este volumen de pedidos están los altos costos por estos servicios, el costo y la dificultad de viajar largas distancias a las clínicas abortivas y la imposibilidad de hacerlo por razones de trabajo o por el cuidado de menores.
Tras completar un cuestionario, las mujeres reciben instrucciones sobre cómo tomar las píldoras. El precio está ajustado de acuerdo a su capacidad de pago y las píldoras son enviadas desde una farmacia en la India.
Las más vulnerables
Las píldoras son fáciles de encontrar en otros sitios de internet, por lo general por algunos cientos de dólares. Pero estos sitios, basados también fuera de Estados Unidos no proveen consejos médicos.
Para Gomperts, que en 2020 fue incluida en la lista de las 100 personas más influyentes del mundo por la revista Time, la lucha por los derechos abortivos es una cuestión de “justicia social”.
“El mayor problema es que las mujeres no alfabetizadas (..) y que no tienen acceso a internet -el grupo más empobrecido- no serán capaces de encontrar estas soluciones”, afirma Gomperts.
Muchas de ellas podrían no tener recursos para viajar a un estado donde el aborto siga siendo legal. “Estas son las mujeres que pueden ser obligadas a dar a luz o que pueden tomar medidas drásticas para acabar con su embarazo”, añadió.
El resultado más certero, dice Gomperts, será un aumento de la mortalidad y de la vulnerabilidad de las mujeres.
Un método calificado como seguro
De acuerdo con una encuesta de 2017 hecha a varios miles de mujeres en Estados Unidos, un 20 por ciento de las que intentaron tener un aborto en casa usaron píldoras, un 29 por ciento usaron otras drogas, el 38 por ciento usó infusiones de plantas y un 20 por ciento intentaron métodos físicos (algunas usaron más de un método, por lo que el total excede el 100 por ciento).
Durante las recientes protestas frente a la Suprema Corte, varias mujeres mostraban un objeto inquietante, algo parecido a un artefacto de otra época: un gancho metálico de colgar ropa, que es un símbolo de los abortos altamente riesgosos llevados a cabo de forma clandestina.
Según expertos, hasta la décima semana de gestación, las píldoras serían seguras.
El grupo, que dice prever “un futuro donde todas las personas puedan determinar sus vidas reproductivas libres de la discriminación, la coerción o la violencia” ayuda en la búsqueda de representación legal para estas mujeres.
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Se teme que la tendencia hacia la criminalización del aborto se agrave si la Corte Suprema falla como se espera.
Un fallo tal, dice Gomperts, “infunde miedo en las personas, y especialmente en los proveedores de servicio de salud y ese es el mayor impacto”.
Gomperts es popular por su “bote del aborto”, que ha anclado en las costas de países como Polonia, España y México, ofreciendo procedimientos de interrupción del embarazo a mujeres que no tienen acceso a esta opción
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