Alemania se encuentra bajo el agua debido a las fuertes lluvias e inundaciones, que han dejado hasta el momento, 135 fallecidos y decenas de desaparecidos.
El escenario sugiere la crisis climática que se ha convertido en tema prioritario para la campaña electoral que marcará la salida de la canciller Ángela Merkel.
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La funcionaria alemana prevé visitar este domingo la región afectada, pero antes de este momento, ha estado "en continuo contacto" con las autoridades regionales y con su equipo de Gobierno, han explicado fuentes gubernamentales.
Los estados con mayor afectación son Renania Palatinado, donde ya se han contabilizado al menos 90 muertos y Renania del Norte-Westfalia, el más poblado del país, que corresponde al resto de las víctimas.
Entre el desescombro y los rescates
Los estragos por unas inundaciones de "dimensiones históricas", en palabras de Laschet, empezaron a revelarse el jueves, jornada que se cerró con 50 fallecidos confirmados. Se teme que el balance final sean aún mayor, dada la enorme destrucción provocada por las aguas y corrimientos de tierras.
En la ciudad de Heinberg, cercana a la frontera con Países Bajos, hubo que proceder anoche a evacuar a cientos de personas tras romperse un dique de contención.
En otras poblaciones afectadas empezaron las labores de desescombro. Se avanza entre el miedo a lo que surgirán bajo las montañas de tierra, casas destruidas y todo tipo de enseres, y la esperanza por los pronósticos meteorológicas, ya que no se prevén más precipitaciones destacables este fin de semana.
Se trabaja asimismo incansablemente por restablecer los servicios básicos. Unos 100 mil habitantes siguen sin suministro eléctrico, el tráfico ferroviario permanece seriamente afectado o cortado, en los puntos más álgidos, lo mismo que algunas carreteras.
Los mayores daños se han producido al desbordarse afluentes del Rin, el Mosela y otros grandes ríos de la región, incapaces de absorber el volumen de las aguas.
El punto más castigado es el distrito de Ahrweiler, vecino a la ciudad de Coblenza. Se trata de la cuenca del Ahr, afluente del Rin y uno de los puntos álgidos de estas inundaciones.
A la espera de paquetes de ayuda
El Consejo de Ministros abordará previsiblemente el próximo día 21 un paquete especial, en el que se contemplan tanto ayudas directas a los afectados como a la reconstrucción de las infraestructuras arruinadas en la región.
En ello juega un papel más que relevante el ministro de Finanzas, Olaf Scholz, aspirante socialdemócrata a la cancillería, además de vicecanciller en la gran coalición de Merkel.
El titular de Finanzas ha estado omnipresente estos días en las zonas afectadas y ya ha manifestado que no se escatimarán recursos.
Hasta ahora no hay una evaluación ni siquiera aproximada de la cuantía de los daños. En las inundaciones de 2013, menos dramáticas pero que afectaron a ocho de los 16 "Länder" del país, el Ejecutivo aprobó un paquete especial de 8 mil millones de euros.
Hay consenso general en la necesidad de acelerar la lucha contra la emergencia climática, caballo de batalla prioritario y esencia programática de los Verdes, segundos en intención de voto -tras los conservadores de Laschet- de cara a las generales.
Annalena Baerbock, aspirante verde a la Cancillería, también se ha desplazado a las regiones inundadas y recordado desde ahí que sus alertas sobre la emergencia climática no surgen, de pronto, por efecto de la inminencia de la tragedia.
Laschet, quien tuvo una gestión errática en los peores momentos de la pandemia, contraria a la línea cautelosa de Merkel, tiene ante sí una nueva oportunidad desde su posición de líder en el "Land" y sucesor "natural" de Merkel.
Scholz, por su parte, podría por fin despegar en los sondeos, que hasta ahora le relegaron a la tercera posición, tras los Verdes.