CIUDAD DEL VATICANO.- La crisis económica se abate sobre el Estado del Papa en el año que está por concluir. Por lo tanto, se confirmaron los rumores acerca de la adopción de una serie de medidas, entre las cuales está la gradual jubilación anticipada en los próximos diez años para unas mil 500 personas, prácticamente un tercio de los dependientes, distribuidos entre el ‘Governatorato’, la Gendarmería, los Museos Vaticanos, la Secretaría de Estado, las Congregaciones, la Radio y los servicios que integran la recién nacida Secretaría de la Comunicación.
Por primera vez el Vaticano recurrirá a las prejubilaciones y aplicará medidas de austeridad para reducir los costos del personal. El pontífice argentino ha pedido que nadie sea despedido pero que se aplique con rigor las medidas de austeridad en base a la Doctrina Social de la Iglesia, con el objetivo de reducir poco a poco los 4 mil dependientes laicos.
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¿Las causas de la crisis? El cada vez más insostenible peso económico del personal y la sensible reducción del llamado “Óbolo de San Pedro”, es decir, las donaciones de fieles de todo el mundo al Vaticano.
La drástica disminución de las donaciones tiene su origen en los escándalos de abusos sexuales cometidos por miembros del clero.
Actualmente, en el Vaticano la edad para jubilarse es de 65 años para los laicos y de 70 años para el personal religioso, integrado por 2 mil sacerdotes y monjas, como lo estableció en 2009 Benedicto XVI. Están exentos de estas reglas los cardenales y obispos que dejan su cargo a la edad de 75 años.