BUENOS AIRES. El mercado financiero de Argentina operó con inestabilidad y nerviosismo ante las fuertes tensiones internas en la coalición de Gobierno peronista, lo que disparó la presentación de renuncias de varios ministros a días de una dura derrota electoral en las primarias legislativas.
Varios funcionarios que respondieron al “ala dura” del oficialismo presentaron su renuncia al presidente de centroizquierda Alberto Fernández, sin embargo, el mandatario intenta sortear la grave crisis que desataron las renuncias de los ministros cercanos a la vicepresidenta Cris- tina Kirchner, las que aún no ha aceptado.
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En sus primeras declaraciones Fernández pidió cesar las disputas y resaltó que es él quien está al frente del gobierno.
“He oído a mi pueblo. La altisonancia y la prepotencia no anidan en mí. La gestión de gobierno seguirá desarrollándose del modo que yo estime conveniente. Para eso fui elegido. Lo haré llamando siempre al encuentro entre los argentinos”, añadió.
Con duras críticas a la gestión de Fernández, su vicepresidenta Cristina Kirchner insistió en el cambio de gabinete.
“¿En serio creen que no es necesario, después de semejante derrota, presentar públicamente las renuncias y que se sepa la actitud de los funcionarios y funcionarias de facilitarle al Presidente la reorganización de su gobierno?”, escribió Kirchner en una carta pública en la que criticó a jerarcas que “se atornillan a los sillones”.
Con la crisis en ascenso, se filtró a la prensa un largo audio atribuido a la diputada kirchnerista Fernanda Vallejos, en el que analiza la derrota del domingo lanzando exabruptos contra Fernández, a quien llama “enfermo”, “okupa” y “atrincherado” y califica de “núcleo de inútiles” a ministros de su influencia.
En tanto, movimientos sociales argentinos realizaron la primera gran marcha callejera tras la derrota del oficialismo, en la que reclaman que el gobierno entregue más alimentos a los comedores sociales y se creen más puestos de trabajo.
El origen de la crisis se remonta al domingo pasado, cuando las listas de precandidatos a diputados y senadores de la principal coalición opositora, Juntos por el Cambio, fueron más votadas que las del Frente de Todos en la mayoría de provincias durante las primarias en las que los ciudadanos debían elegir a los candidatos para las legislativas del 14 de noviembre.
Esta derrota destapó la lucha de poder entre kirchneristas y albertistas dentro del peronismo, mientras el jefe de Estado recibía apoyos públicos por parte de algunos gobernadores provinciales y otras autoridades políticas y sindicales.
El oficialismo comenzó a debatirse entre planes para ahondar las políticas populistas o un enfoque más moderado para atraer votantes de clase media que apoyaron a los conservadores de la oposición.
La incertidumbre asustó a los inversores, lo que se reflejó en los mercados, con la debilidad del peso -bajo estrictos controles oficiales-, pérdida de valor bursátil y debilidad en los bonos soberanos.
El próximo 22 de septiembre, Argentina debe pagar al FMI un vencimiento de capital por 1.900 millones de dólares y en diciembre otro por el mismo monto.