Los demócratas exponen este miércoles en el Senado los cargos contra Donald Trump -acusado de incitación a la insurrección por el asalto al Capitolio- con el difícil objetivo de convencer a los republicanos de que condenen al exmandatario.
El segundo juicio político contra Trump, después del proceso del año pasado por las acusaciones de abuso de poder, arrancó el martes con la proyección de imágenes del asalto al Capitolio el 6 de enero.
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El proceso se basa en un discurso que el exmandatario republicano pronunció horas antes de que sus simpatizantes irrumpieran en el Congreso, el día de la certificación de los resultados de las elecciones en las que el demócrata Joe Biden se impuso.
Trump -que siempre cuestionó los resultados- se dirigió a la multitud cerca de la Casa Blanca y los instó a "luchar como el demonio".
El objetivo del proceso es declararlo culpable para después organizar otra votación para inhabilitarlo políticamente.
Pero este escenario parece improbable, ya que los demócratas necesitan que 17 republicanos rompan filas, por lo que el expresidente tiene grandes posibilidades de ser absuelto y probablemente el proceso termine la próxima semana.
Al final de la jornada del martes, los senadores se pronunciaron sobre la constitucionalidad de juzgar a un expresidente y sólo seis republicanos votaron con los demócratas.
Para los abogados que representan a Trump el juicio es "una instrumentalización política" que va a "desgarrar" a Estados Unidos.
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Trump -que está en Florida tras dejar la Casa Blanca el 20 de enero- no comparecerá la argumentación del proceso que comienza este miércoles a las 17H00 GMT.
Cada una de las partes va a disponer de 16 horas para presentar su caso y los senadores tendrán hasta cuatro horas para hacer preguntas.
El martes los legisladores demócratas que ejercen como fiscales centraron su estrategia en recordar a los 100 senadores que ofician de jurados -y a los estadounidenses- la magnitud de la violencia de los incidentes del 6 de enero, que dejaron cinco muertos.
La imputación se basa en "hechos puros y duros", dijo el congresista que lidera la acusación, Jamie Raskin, en la misma cámara en la que irrumpieron violentamente los manifestantes pro-Trump.