Joe Biden golpeado pero aún favorito, Elizabeth Warren consolidada en el ala izquierda, el hispano Julián Castro sobresaliendo entre las caras nuevas y un partido dividido: el segundo debate demócrata hacia las presidenciales de 2020 en Estados Unidos deja varias lecciones.
Los veinte precandidatos que participaron el martes y miércoles en el debate de la cadena CNN en Detroit chocaron en diversos temas, aunque no siempre lograron contestar la gran pregunta: ¿Quién es el más preparado para desalojar a Donald Trump de la Casa Blanca?
Biden, puntero en las encuestas con 32% según el promedio de RealClearPolitics, fue el más confrontado.
Sus rivales lo acribillaron por su plan de atención médica, su propuesta para el cambio climático, sus posiciones de justicia penal e inmigración, sus decisiones sobre igualdad de género y aborto y su voto favorable a la guerra en Irak en 2002. Todos encontraron algo que reprocharle.
Con 76 años y 44 de carrera política, el exvicepresidente de Barack Obama demostró más solidez después de un pobre desempeño en el primer debate en Miami a fines de junio, cuando la senadora negra Kamala Harris (cuarta con 11%) lo acusó de colaborar con segregacionistas.
Si algo quedó claro tres el debate de julio es la consolidación del ala izquierda del Partido Demócrata. Y la que mejor navega esas aguas probó ser la senadora Elizabeth Warren (14,8%), la académica de 70 años que le disputa el segundo lugar en la contienda al senador Bernie Sanders (16,4%), de 77.
La fractura ideológica del Partido Demócrata, notoria el martes en el duelo Warren-Sanders versus el resto, quedó en evidencia el miércoles con dos asuntos sensibles: la atención médica y la inmigración. La despenalización de los cruces fronterizos generó controversia. Castro la defendió con ahínco, al igual que Warren y Sanders. Pero Biden se opuso: "Si cruzas la frontera ilegalmente, es un delito".