Medellín, Colombia.- La personificación de los narcotraficantes como héroes de ciencia ficción es una práctica que, en los últimos años, han compartido México y Colombia, con la diferencia de que el país sudamericano inició una fuerte campaña para desmitificar a este tipo de personajes al contar ambas partes de la historia. Una estrategia que el gobierno de Medellín propone al gobierno mexicano para contrarrestar este problema desde la percepción pública.
En entrevista con Organización Editorial Mexicana (OEM), Manuel Villa Mejía, secretario privado de la Alcaldía de Medellín, señaló que plataformas como Netflix tienden a convertir la imagen de narcotraficantes como Pablo Escobar, en Colombia, o Joaquín El Chapo Guzmán en México, en los héroes de sus historias, por lo cual sugirió que ambos gobiernos deben tomar la iniciativa de contar la otra parte, sin negar la existencia de estos personajes.
"Yo creo que Colombia y México comparten historias, dificultades, y para nosotros sería una frustración que México viviera lo que nosotros vivimos en la década de los 90 y 2000 con el daño que nos hizo Pablo Escobar, por eso decía que es importante tomar la decisión desde ya de nosotros contar la historia, separar qué es lo bueno y qué es lo malo”, explicó.
Corredor de la Memoria
Parte de esa estrategia es la demolición del Edificio Mónaco, propiedad de Pablo Escobar, con el objetivo de construir ahí un parque en memoria de todos aquellos que fueron víctimas de la violencia que se vivió hace décadas en Medellín provocada por el narcotráfico.
Actualmente el edificio se encuentra cubierto de lonas con la imagen y frases de aquellas personas que murieron por combatir la violencia que se vivió en Medellín. La fecha anunciada para la demolición es el próximo 22 de febrero y se espera impactar directamente a más de 200 personas que iban diariamente a ver el inmueble del narcotraficante y que ahora verán a las víctimas de esa guerra.
“Hay que reconocer al mismo tiempo cuál fue la otra parte de la historia, que aquí hubo víctimas, que aquí hubo dolor, que aquí hubo gente valiente que incluso fue capaz de dar la vida por combatir a esos ilegales”, agregó Villa Mejía.
Pero ese no es el único espacio donde se busca contar la otra parte de la historia, pues también existe la Casa de la Memoria, un lugar donde se expone un homenaje a todas las víctimas de la guerra que se libró contra el narcotráfico en Medellín, ciudad que en 1991 era considerada como la más peligrosa del mundo.
En esta casa se puede ver una galería de fotografías familiares en blanco y negro que podrían parecer comunes y corrientes hasta que uno de los integrantes de esa foto se ilumina a color para ubicarlo como uno de los desaparecidos de los últimos años.
El proyecto es crear un “corredor de la memoria” para contar la historia desde el punto de vista de las víctimas y no solamente de los victimarios como protagonistas de una serie de ciencia y ficción.