Mediados de octubre representa el último plazo para concluir un acuerdo posbrexit con la Unión Europea (UE), estimó el primer ministro británico Boris Johnson.
En vísperas de la apertura de la octava ronda de negociaciones esta semana en Londres, Johnson reitera que Reino Unido no transigirá sobre su independencia.
"Ahora nos adentramos en la fase final de nuestras negociaciones con la UE", declarará el lunes, según Downing Street, el jefe del gobierno conservador, aumentando la presión antes de reanudar las discusiones el martes.
El Reino Unido abandonó formalmente la UE el 31 de enero, cerca de cuatro años después de un referéndum histórico que marcó el fin de casi 50 años de pertenencia al bloque.
Hasta finales de año el país sigue regido por la reglamentación europea, mientras ambas partes intentan sellar un acuerdo de libre comercio.
"La UE ha sido muy clara con respecto al calendario. Yo también. Se debe llegar a un acuerdo con nuestros amigos europeos de aquí al Consejo de Europa del 15 de octubre para que entre en vigor antes de final de año", cuando acaba el periodo de transición tras el Brexit, subraya Boris Johnson.
"No tiene sentido pensar en plazos que irían más allá", estima. "Si no logramos ponernos de acuerdo para entonces, no veo un acuerdo de libre comercio entre nosotros", precisa.
"Tendríamos un acuerdo comercial con la UE como el de Australia", mucho menos vasto, lo que representaría, según él, "una buena salida para el Reino Unido", que prepara sus infraestructuras aduaneras y portuarias para tal situación.
"Tendremos la libertad de concluir acuerdos comerciales con todos los países del mundo. Y prosperaremos mucho", augura.
Pero "todavía se puede alcanzar un acuerdo [...] Seguiremos trabajando duro en septiembre para lograrlo", continúa.
Las negociaciones tropiezan principalmente entorno a la pesca y a condiciones de competencia igualitarias.
"Incluso en este punto tardío, si la UE está dispuesta a reconsiderar su posición [...] estaría encantado", concluye Johnson.
Si no se halla un pacto antes del 31 de diciembre, se aplicarán las reglas de la Organización Mundial del Comercio, con sus elevados aranceles y sus exhaustivos controles de aduanas.