En la escena musical contemporánea hay de todo: artistas que además de sus canciones venden su imagen o su carisma. Los hay que además de cantar, producen muy buenos videos o coreografías. Otros que se hacen los graciosos o que adornan su propuesta con cualquier tipo de mensaje o sentimiento que remarque aún más lo que quieren comunicar. Y está bien, porque en el mundo de la música todo se vale.
Y hay artistas, muy contados por cierto, que sólo venden sus canciones y nada más. Personajes de los que sólo podemos conocer su música, y poco más que eso, porque prácticamente es lo único que nos dejan ver, o mejor dicho, escuchar. Y también está bien, porque en el mundo de la música, todo se vale.
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La australiana Courtney Barnett corresponde sin duda a esta segunda categoría. Desde que se dio a conocer hace poco más de una década, con ese estilo de interpretar que para muchos podría parecer inexpresivo y sus letras aparentemente incoherentes, pero ingeniosas, la artista no ha hecho más que convencer a cada vez más oídos con su propuesta.
Luego de lanzar su EP debut I've Got a Friend Called Emily Ferris (2012), los medios internacionales comenzaron a fijarse en ella, sobre todo a raíz de otra producción titulada A Sea of Split Peas. Pero fue hasta la llegada de su primer disco largo, Sometimes I Sit and Think, and Sometimes I Just Sit (2015) cuando el mundo realmente volteó a verla, luego de que recibió múltiples nominaciones a diferentes premios y de que lanzó un disco en colaboración con el cantautor Kurt Vile.
Desde entonces, la cantautora y guitarrista zurda no ha hecho más que ganarse el respeto tanto de las nuevas generaciones como de los nostálgicos que cada tanto aseguran que “ya no se hace rock como antes”.
Courtney Barnett lo hace tan bien o incluso mejor que muchos de sus antecesores. Su propuesta, que es una especie de rock alternativo que deriva del folk y del blues, a veces es enérgica y electrificante, aunque también puede llegar a sonar más bien árida, lenta e intimista.
A finales de 2021, ya con el estatus de artista internacional, Barnett regresó para dar a conocer su tercer álbum de estudio, Things Take Time, Take Time, que ha sido definido por su sello discográfico como “un collage de momentos registrados en una etapa de renovación creativa y de entendimiento profundo”.
Escrito a lo largo de dos años y grabado en plena pandemia, este nuevo álbum, en el que CB se hace acompañar por colegas como Stella Mozgawa, de la banda Warpaint, parece ser otro paso certero en el que la mujer descubre una nueva tanda de canciones que lidian con el amor, la renovación y hasta la sanación.
Y así lo deja ver desde que se conecta vía Zoom, desde su casa en Australia, para hablar sobre este álbum. Dentro de toda la inexpresividad -que puede rayar en la frialdad- que le caracteriza, se le ve contenta, satisfecha con este nuevo logro.
“Me siento muy bien… Estoy muy orgullosa de este álbum y emocionada de compartirlo con el mundo”, sentencia, dejando claro desde el principio que es una mujer de pocas palabras.
Courtney, ¿crees que con este disco exploras nuevos caminos sonoros o que más bien reafirmas lo andado en los dos previos?
Yo creo que tiene algo de diferente, aunque no fue una decisión completamente consciente. Más bien creo que el disco tiene la dirección que fue tomando el sonido, porque cuando llegamos al estudio simplemente seguimos lo que cada canción nos dictaba.
Le comento que me parece un disco más tranquilo, menos enérgico que otros momentos de su carrera, pero no lo concede, o por lo menos no al principio.
“No estoy segura. Creo que mucho de eso es probablemente un reflejo de un tipo de estado de ánimo en el que yo estaba cuando lo estuve escribiendo. Durante algún tiempo estuve viajando, incluso parte de ese tiempo aún estaba de gira, aunque después, parte del trabajo duro ya se hizo en Melbourne, durante el confinamiento, cuando el mundo corría más lento y todo se sentía un poco más pacífico, y creo que ese tipo de calma es el que permea las canciones o tal vez yo estaba buscando o algo así”, admite.
Escucha una selección de los mejores tracks de Courtney Barnett aquí: https://open.spotify.com/playlist/0NxT2xGXyBpAYcQAIm1iiL
Háblanos de Stella Mozgawa, la baterista de Warpaint, quien te acompaña en este álbum.
Sí, ella coprodujo el álbum y probablemente tocó también la mitad de los instrumentos en él. La primera vez que trabajamos juntas fue en 2017, cuando hicimos el álbum con Kurt Vile. Luego de eso Stella se fue de gira con nosotros y desde entonces yo quería volver a trabajar con ella, así que cuando comencé a trabajar en este LP hablamos e hicimos mucho trabajo entre las dos.
El primer sencillo que dio a conocer de este disco fue la canción “Rae street”, una diatriba entre la vida diaria en una pequeña comunidad que se yuxtapone a la velocidad acelerada de la sociedad moderna, a tiempo que el coro reza: “Time is money; and money is no man’s friend”. Un trabajo lírico que da cuenta de los intereses de la artista y de su necesidad de contar lo que observa.
Otra canción sobre la que me interesaba averiguar era la versión de “I'll Be Your Mirror” que recientemente Courtney grabó para un nuevo tributo a The Velvet Underground.
¿Entonces eres fan de The Velvet Underground? ¿Qué significan para ti?
Sí, soy fan de la banda desde hace años. Me he sentido inspirada por su música a lo largo de los años, además de su forma de escribir, también por la producción y los elementos sonoros… Supongo que he estado en una especie de descubrimiento constante a lo largo de los años, tratando de escuchar nuevos álbumes.
Courtney Barnett tiene sólo 34 años, pero a juzgar por otros artistas que ha versionado, como The Grateful Dead, a veces parece que lleva dentro un alma vieja. Se lo comento, pero recibo un parco “No lo sé… tal vez”. Cambio de tema.
¿Cómo es la escena musical australiana hoy en día? ¿Qué es lo que más te gusta en este momento de tu país?
Bueno, hay tanta buena música acá… Por ejemplo, hay una banda llamada Amyl y The Sniffers, que son geniales, y un artista llamado Hap Chukum, además de Sampa the Great, de quien también soy una gran admiradora… Y una banda llamada Tropical Fox Tom, que también son muy buenos.
Hace dos años estuviste en México, en el Plaza Condesa, ¿cómo recuerdas aquella noche?
Claro, fue una noche muy divertida… La verdad es que amo México, amo tocar ahí y realmente estoy muy emocionada de poder regresar.
¿Ya es un hecho que volverás?
Sí, definitivamente. Todavía no hemos anunciado nada, pero esperamos poder anunciar un concierto pronto por allá.
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Muchas gracias, Courtney, ¿hay algo que le quieras decir a tus seguidores en México?
Nada, muchas gracias. Que espero que disfruten este disco… Es un álbum muy meditativo y pacífico con el cual me siento muy bien.
Y así, con pocas palabras, la artista da por concluida nuestra charla. Parece una persona rara, sin duda, quizá porque estamos acostumbrados a platicar con artistas que son más efusivos o que cuando menos quieren aparentar mayor emoción a la hora de conectarse con nosotros. Pero está bien, porque como dijimos, en la música todo se vale.
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