WASHINGTON. De Google a Netflix, destacadas empresas estadounidenses luchan contra los llamados en internet para boicotearlas por su supuesta inclinación política en una temporada electoral polarizada que las ha expuesto a lo que los investigadores denominan “desinformación de marca”.
Las campañas en línea, que acusan tanto a Netflix como a Google de financiar o favorecer a la candidata presidencial demócrata Kamala Harris de cara a las elecciones de noviembre, ilustran la vulnerabilidad de las marcas ante las falsedades políticas que pueden exponerlas a peligros financieros.
Entre los que piden su boicot hay un enjambre de cuentas falsas en la red social X. Ese sitio, propiedad de Elon Musk, quien apoya al candidato republicano Donald Trump, se ha convertido en un hervidero de desinformación.
Los mensajes contra Netflix, que también se propagaron por otras redes como Tik-Tok e Instagram, fueron desencadenados por falsas afirmaciones de una supuesta donación de 7 millones de dólares a la campaña de Harris.
Reed Hastings, cofundador y presidente ejecutivo de la plataforma de video, hizo una contribución a la causa de Harris, pero la compañía aclaró que se trató de una “donación personal” sin ninguna conexión con Netflix.
Aun así, los llamamientos a “cancelar Netflix” inundaron las redes sociales, y muchos usuarios afirmaron falsamente que la empresa financiaba indirectamente a Harris. Algunos compartieron capturas de pantalla de sus suscripciones anuladas.
Casi una cuarta parte de los llamados al boicot en X fueron rastreados hasta perfiles falsos, que han expresado su apoyo al candidato republicano Donald Trump a lo largo del año pasado, según la empresa de seguridad contra la desinformación Cyabra.
“Las campañas de desinformación de marca en el clima polarizado actual tienen repercusiones de gran alcance que van más allá de la reputación corporativa”, explicó Dan Brahmy, director ejecutivo de Cyabra.
“El caso de Netflix demuestra lo rápido que se propagan estas campañas, que pueden llegar a cientos de millones de personas y muestra cómo la desinformación puede manipular la opinión pública y el comportamiento de los consumidores”, explicó.
Delicado equilibrismo
Llamados similares contra Google se hicieron recientemente tras afirmaciones infundadas de que la empresa censura contenidos relacionados con las elecciones y manipula los resultados de su motor de búsqueda a favor de Harris.
Musk, que ha criticado a Google, desempeñó un “papel significativo en la amplificación del contenido negativo” contra la compañía, sostuvo Cyabra en un informe.
En un mensaje en X, el magnate escribió a finales de julio: “¡Wow, Google tiene prohibida la búsqueda del presidente Donald Trump! ¿Interferencia electoral?”.
A principios de este mes, una encuesta del portal Sitejabber mostró que 30 por ciento de los consultados había “cancelado” una marca por razones políticas en los últimos 12 meses, mientras que 41 por ciento dijo que prefería que las empresas mantuvieran sus “posiciones políticas en privado”.
“Aunque mantenerse apolítico puede parecer seguro, es importante que las empresas entiendan que incluso la neutralidad puede interpretarse como una posición”, consideró Michael Lai, director ejecutivo de Sitejabber.
Caos y desconfianza
Otra encuesta de la empresa de estudios de mercado Certus Insights mostró que los consumidores estaban divididos sobre si las empresas deberían participar en política partidista, con más de la mitad de los encuestados diciendo que deberían abstenerse.
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Otros sondeos sugieren que los consumidores estadounidenses consideran que es culpa de la marca si su publicidad aparece junto a contenidos polarizantes, falsos o difamatorios.
Estas preocupaciones han llevado a muchos anunciantes a abandonar X, que ha reducido la moderación de contenidos y ha restaurado cuentas prohibidas conocidas por difundir desinformación u odio, luego de que Musk comprara la plataforma, antes conocida como Twitter, en 2022.