WASHINGTON. Los enfrentamientos entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y los demócratas se han convertido en una guerra, con el mandatario cada vez más furioso y sus opositores cada vez más tentados de someterlo a un juicio político.
Ayer, Trump terminó de manera abrupta una reunión en la Casa Blanca con líderes demócratas, indignado sobre la pesquisa en relación a la interferencia electoral de Rusia.
Casi tan pronto como llegaron para un encuentro previsto como una atípica sesión bipartidista sobre el gasto en infraestructura nacional, Trump despidió ofuscado a los principales líderes demócratas Nancy Pelosi y Chuck Schumer.
El objeto de la ira del presidente era que Pelosi lo acusó antes de estar "involucrado en una operación de encubrimiento", por lo que advirtió que no trabajará con los demócratas en el Congreso hasta que cesen sus investigaciones sobre él.
En una rueda de prensa improvisada luego de mostrarles la puerta a los legisladores, Trump aseguró: "No hago encubrimientos". Y agregó: "Así que terminen con estas investigaciones falsas", en alusión a la trama rusa sobre la cual los demócratas continúan indagando.
Lo ocurrido terminó con la esperanza de cooperación entre los partidos para arreglar la infraestructura pública del país, y profundizó el enfrentamiento.
Pelosi dijo que la conducta de Trump, a quien acusa de encubrir la investigación del fiscal especial Mueller y sus intentos de obstrucción a la justicia, podría "justificar un procedimiento de destitución".
También sugirió que Trump había creado la tensión para evitar comprometerse con los detalles sobre lo que sería un proyecto de ley de infraestructura caro: "Eso me hace preguntar por qué lo hizo".
Esa ruptura del diálogo podría perjudicar los esfuerzos de la Casa Blanca para ratificar cuanto antes el T-MEC, algo para lo que necesita que Pelosi lleve el tema al pleno de la Cámara Baja.
Trump envió la noche del martes una carta a Pelosi y Schumer en la que pedía ratificar al T-MEC antes de aprobar un plan de infraestructura, algo que no gustó a la líder demócrata, quien hoy opinó que los dos temas "no están relacionados".