En la ONU, Rusia y China vetan resolución de EU para Venezuela

El texto estadounidense fue apoyado por nueve de los 15 miembros del organismo, entre ellos Francia, Gran Bretaña, Alemania, Perú y República Dominicana

AFP

  · jueves 28 de febrero de 2019

Rusia y China vetaron el jueves un proyecto de resolución estadounidense en la ONU que urgía a celebrar elecciones "libres, creíbles y justas" en Venezuela y pedía el ingreso "sin trabas" de ayuda humanitaria.

Rusia tampoco logró aprobar un proyecto de resolución radicalmente diferente que expresaba inquietud por "amenazas del uso de la fuerza" en Venezuela.

El texto estadounidense fue apoyado por nueve de los 15 miembros del organismo, entre ellos Francia, Gran Bretaña, Alemania, Perú y República Dominicana.

Sudáfrica votó en contra, mientras Indonesia, Guinea Ecuatorial y Costa de Marfil se abstuvieron.

El texto ruso obtuvo cuatro votos a favor (Rusia, China, Sudáfrica y Guinea Ecuatorial), siete en contra y cuatro abstenciones.

Una clara mayoría

"Lamentablemente, al votar contra esta resolución algunos miembros de este Consejo continúan protegiendo a (Nicolás) Maduro y sus cómplices y prolongando el sufrimiento de los venezolanos", lamentó en el Consejo el representante estadounidense para Venezuela, Elliott Abrams.

El alto diplomático estadounidense celebró no obstante que "una clara mayoría" de integrantes del Consejo hayan votado a favor del texto.

Con su economía en colapso, Venezuela atraviesa una seria crisis política que enfrenta a Maduro y al opositor Juan Guaidó, presidente del Parlamento yreconocido como mandatario interino por más de medio centenar de países.

"Estados Unidos parece haber olvidado lo que es el derecho internacional (...) Esto es una cortina de humo, lo único que desean es que haya un cambio de gobierno", dijo por su lado el embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia.

El texto estadounidense "es una burla", añadió Nebenzia, antes de pedir a los integrantes del Consejo que lo rechazaran para no ser "cómplices en un teatro de lo absurdo".

El número dos chino en la ONU, Wu Haitao, sostuvo por su lado que "las cuestiones de Venezuela deben ser decididas por el pueblo venezolano".

El texto estadounidense aseguraba que el gobierno de Maduro ha provocado un "colapso económico", que es necesario impedir un mayor deterioro de la crisis humanitaria y llamaba al "ingreso sin trabas de ayuda".

Urgía a celebrar "elecciones libres, justas y creíbles" en presencia de observadores internacionales en Venezuela, y describía la última elección de Maduro en mayo pasado como "ni libre ni justa".

También pedía apoyar "la restauración pacífica de la democracia y el Estado de Derecho" en Venezuela y solicitaba que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, negociara un acuerdo para celebrar nuevas elecciones en ese país.

Intentos de intervención

Las resoluciones del Consejo, que son vinculantes, deben obtener nueve votos para ser aprobadas y ningún veto de los cinco miembros permanentes (Gran Bretaña, China, Francia, Rusia y Estados Unidos).

El texto de Rusia expresaba inquietud por "las amenazas de uso de la fuerza" en Venezuela e "intentos de intervención en asuntos" internos del país, apoyaba una "solución política" y "pacífica" de la crisis e insistía en que el gobierno de Maduro es el único que tiene autoridad para solicitar ayuda y coordinar su ingreso y distribución.

Rusia pretende "proteger a un régimen que quiere matar de hambre a su pueblo", dijo el embajador francés ante la ONU, François Delattre.

Aseguró que el texto ruso no admite la existencia de una crisis humanitaria en el país ni ofrece "ninguna solución".

Abrams volvió a insistir este jueves en que Estados Unidos está preocupado por la seguridad de Guaidó cuando regrese a Venezuela.

Guaidó aseguró el jueves en Brasilia que volverá a su país "en los próximos días, a pesar de las amenazas", tras ser recibido por el presidente Jair Bolsonaro.

Venezuela atraviesa la peor crisis de su historia moderna, con hiperinflación y una escasez de alimentos y medicamentos que ha provocado el exilio de 2,7 millones de personas desde 2017.