MARACAIBO. Oficiales de las fuerzas militares de Venezuela supervisaban la venta de gasolina en algunos estados del país para mantener el orden, amenazado por conductores molestos que deben aguardar hasta más de 12 horas en algunos lugares para surtir sus vehículos.
Las filas de automóviles reaparecieron en el país, que sufre una severa crisis económica, debido a una profunda caída de las importaciones agudizada por sanciones internacionales y a la paralización de la segunda refinería más grande del país.
En algunas estaciones de la fronteriza San Cristóbal, guardias nacionales con equipos antimotines vigilan el expendio, pero en ciudades más grandes los oficiales recorren en moto las gasolineras despachando órdenes a los encargados.
En Maracaibo, se ordenó que después del mediodía se despachen sólo 20 litros de combustible por vehículo; en Puerto Ordaz y Punto Fijo, muy cerca del mayor complejo refinador, la orden de los militares es entregar 40 y 30 litros, dijeron una docena de testigos.
"Ellos (la Guardia Nacional) son los que han tomado las bombas. Cada cinco horas llegan comisiones de la División de Inteligencia Militar a medir cuánto queda de gasolina", dijo Rocío Huerta, una gerente de una estación de servicio en Maracaibo.
"Pasé doce horas en la cola y no logré echar gasolina", contó Víctor Chourio, un taxista de 58 años que llegó a primeras horas del día a la estación.
Cuando se agota el combustible, los oficiales desalojan las estaciones, pero los conductores vuelven pronto a formar filas para aguardar a la próxima reposición.
La estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) dijo que rumores "buscan desestabilizar el normal desenvolvimiento de la distribución de combustible e impulsan las compras nerviosas", sin hacer mención en el comunicado a las filas de vehículos que continúan en algunas regiones.