La elección Presidencial de Estados Unidos más polarizada en tiempos modernos se ha trasladado al territorio social. Por un lado, grupos de izquierda calificados como antifascistas, han elevado las tensiones preelectorales con manifestaciones que derivaron en enfrentamientos con la policía.
Por otro lado, los grupos de ultraderecha que recibieron el espaldarazo del mandatario Donald Trump, que en cierta medida se convirtieron en las milicias civiles del mandatario, grupos supremacistas que se han alineado al adoctrinamiento presidencial y defendido los intereses nacionalistas, al punto de amenazar con un conflicto armado en caso de que los resultados no favorezcan a su líder.
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“Podríamos ver violencia después de la elecciones, sería increíble porque es un escenario que nunca ha sucedido en mucho tiempo, una violencia generalizada”, comentó el dr. Samuel Stone durante el foro “El impacto de los Movimientos Sociales” de una serie de videoconferencias de las elecciones de Estados Unidos Presentada por la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP).
En respuesta a El Sol de México respecto a un posible escenario de un enfrentamiento armado, el profesor y coordinador de Posgrados del Departamento de Derecho de la UDLAP, agregó que si la contienda se mantiene reñida días después de las elecciones y no se determina a un ganador Trump declarará un fraude y evidentemente su gente comenzará a movilizarse, “saldrán a manifestarse armados, porque sabemos que son grupos en defensa de las armas, pero por otro lado también veremos movilizaciones lideradas por grupos como Black Lives Matter, u otros grupos de izquierda”.
“Me preocupa que las manifestaciones se vuelvan violentas”, el académico explicó que el perfil de los grupos de ultraderecha es radical y de violencia extrema, un vivo ejemplo fue la detención de un grupo de personas supremacistas que planeaban secuestrar y ejecutar a la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer.
“Puede que si haya violencia, y puede que Trump no vaya a reconocer las elecciones. Hay varias maneras legales en la que se podría robar la elección si el resultado no le beneficia”, agregó.
Alison Lee, Profesora del Departamento de Antropología de la UDLAP, también participó en el foro y coincidió en un escenario inminente de violencia y destacó que antes de las elecciones ya hubo enfrentamientos, incluso muertes durante los choques en Michigan entre grupos de supremacistas y de izquierda radical, por lo que cree muy probable que esto escale para las elecciones.
El dr. Carlos Juárez, profesor del Departamento de Relaciones Internacionales y Ciencia Política de la UDLAP, tercer exponente del foro, puso en mesa el juego de la comunidad hispana rumbo a las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.
“Hay que destacar que el voto latino ha ido en constante aumento, anteriormente se concentraba en ciertos estados, pero hoy en día va cambiando la dinámica”, mencionó Juárez
El número de votantes hispanos ha ido en aumento en los 50 estados durante las últimas décadas, actualmente su población es mayor al 18% dentro de Estados Unidos, por lo que los expertos consideran que el crecimiento de estos grupos va a impactar de lleno a las elecciones.
Respecto al crecimiento de hispanos en EU, Alison Lee planteó la llegada de latinoamericanos en olas migrantes, grupos grandes de hispanos que comenzaron a llegar en los años 80 y que en los 90 se masificó, y que las nuevas generaciones han tomado un rol muy importante para las elecciones.
Destacó que las viejas generaciones tuvieron problemas para regularizarse y conseguir la ciudadanía debido a los bloqueos legales del país norteamericano, pero ahora las nuevas generaciones que son los nietos de las primeras olas, ya con una ciudadanía están impulsando el voto y asumen el rol de la responsabilidad civil del voto.
Stone, agregó que desafortunadamente los latinos no están votando en estados donde hay buena presencia de su comunidad, destaca que aún tienen miedo a votar, la razón es que aún existen familias mixtas, en donde hay ciudadanos estadounidenses como indocumendados, y su temor radica en que puedan ser rastreados por el hecho de emitir su voto.
El académico resaltó que la nueva generación, conocida como la “generación Z” está cambiando el patrón, ya que se están encargando de fomentar el voto entre sus padres y abuelos, ya que se ha mostrado un ascendente compromiso de las nuevas generaciones que abarcan a los jóvenes de entre 18 y 23 años.
Lee agregó que los jóvenes de entre 20 años son los que no están votande, ya que consideran que las agendas de Trump y su rival demócrata Joe Biden no los toma en cuenta en sus necesidades, pero destacó que la tendencia mostrada en Arizona debería ser tomada por este sector, ya que en el estado donde radica una gran cantidad de mexicanos ha perdido el voto blanco en un 12%.
Juárez añadió que los jóvenes creen que los políticos no ven por sus intereses, creen que se desenvuelven más por una agenda económica, por temas de salud, “para un joven de 20 no está conectando directamente”.
Los tres panelistas coincidieron que el voto latino no es homogéneo. Samuel Stone mencionó que existen tres grupos mayoritarios dentro de los hispanos que son los cubanos-americanos, puertorriqueños y mexicanos-americanos y cada uno tienen sus intereses, incluso señalo que dentro de los mexicanos hay varios perfiles, “si vemos las oleadas migratorias, entre cada una de ellas existe una perspectiva diferente”.
Tanto el voto latino como el afroamericano serán parte esencial para las elecciones estadounidenses, el movimiento “Black Live Matter” volvió a colocar a la comunidad en la agenda electoral, “se trata de un movimiento con 7 u 8 años de existencia”, señaló Lee, “pero con el asesinato de George Floyd, el movimiento se recargó.
Lee considera que el factor que logró que la muerte de Floyd se convirtiera en un gran movimiento fue la pandemia, ya que en promedio cada seis meses hay un caso de racismo y violencia policial en el país, “pero el hecho de que el mundo estuviera en casa, con más tiempo de mirar y discutir el tema, bajo presiones sociales y económicas, permitió una conversación prolongada del problema, las condiciones particulares por la pandemia lo puso en discusión” mencionó Lee.
Stone resaltó que a diferencia de años anteriores, hoy más que nunca la gente porta una cámara en el bolsillo, y lo que enardeció a la sociedad fue que bajo el lente de la cámara, los policías que asesinaron a Floyd no pararon y aún con esa prueba trataron de justificarse.
El hecho mejoró la percepción del movimiento “Black Lives Matter” al público en general, “anteriormente 30% de la población apoyaba al grupo, ahora su respaldó se disparó, incluso con las comunidades blancas europeas, un hecho que puso en evidencia la desigualdad estructural” para los ciudadanos con raíces extranjeras, resaltó Stone.
Finalmente el académico consideró que la comunidad afroamericana estará al pendiente del nombramiento de una jueza conservadora, ya que la Corte Suprema tendrá en su debate varios temas que a la comunidad le interesa, esencialmente cambios al sistema policiaco, un tema que seguramente terminará en los tribunales.