AFP.- Fátima y Bassam son dos ciudadanos extranjeros que apesar de contar con todos los documentos requeridos, fuerondevueltos a sus países de origen, e impedidos de ingresar a losEstados Unidos tras la firma del decreto antimigratorio de DonaldTrump.
De regreso en Siria, tras un agotador vuelo desde Filadelfia,Bassam Abu Assaleh y su familia recuerdan la pesadilla vivida enlos controles migratorios del país al que acudían en busca de unrefugio lejos de la guerra.
“Nos quedamos en shock cuando pidieron que nos devolviéramos,especialmente mi hermano que vendió su casa y su auto, renunció asu trabajo y sus hijos dejaron la escuela para emigrar e irse avivir a Estados Unidos. Hasta tuvo problemas del corazón cuandoregresábamos”, señala Bassam.
Esta familia de sirios tuvo que encarar la situación sinabogado ni traductor.
Fátima, de Sudán, ni siquiera pudo llegar a un aeropuertoestadounidense. Fue devuelta desde Doha donde hacía una escalapara enrumbarse a Phoenix a ver a su hermano.
Ellos son algunos de los primeros afectados por la ordenejecutiva que prohíbe temporalmente el ingreso a Estados Unidos derefugiados y ciudadanos de siete países de mayoría musulmana.
Una medida que el gobierno de Trump defiende, la comunidadinternacional cuestiona y la gente común repudia y sufre.