WASHINGTON. El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, acusó a Cuba y Venezuela de intentar sacar provecho de las protestas democráticas en América Latina, y dijo que Washington apoyará a los países que intenten impedir que la agitación que vive la región se convierta en revueltas.
Durante un discurso en Kentucky, Pompeo elevó el tono de sus acusaciones de que Cuba y Venezuela han ayudado a promover la agitación en medio de las recientes manifestaciones que viven varios países en la región, aunque no ofreció datos específicos para respaldar sus comentarios.
Pompeo citó las protestas en Bolivia, Chile, Ecuador y Colombia, y dijo que este último país cerró su frontera con Venezuela por temor a que ingresaran manifestantes desde la nación petrolera.
“Seguiremos apoyando a los países que intentan evitar que Cuba y Venezuela secuestren esas protestas y trabajaremos con (los gobiernos) legítimos para evitar que las protestas se conviertan en disturbios y violencia que no reflejan la voluntad democrática de la gente”, dijo.
Pompeo también reconoció que usar la fuerza militar en Venezuela tendría “riesgos” significativos, en lo que supone un cambio sustancial en la postura que hasta ahora ha defendido el gobierno estadounidense sobre una opción militar.
“Hemos visto a gente pidiendo un cambio de régimen mediante medios violentos y, desde enero, hemos dicho que todas las opciones están sobre la mesa para ayudar al pueblo venezolano a recuperar la democracia y la prosperidad. Eso es desde luego todavía verdad, pero hemos aprendido de la historia que los riesgos de usar la fuerza militar son significativos”, dijo Pompeo.
El jefe de la diplomacia estadounidense destacó la importancia del “realismo” en las acciones de Washington hacia Venezuela y habló de una “política para Venezuela mezclada con moderación”.
Sus declaraciones contrastan con la línea que ha defendido hasta ahora la administración estadounidense, que durante meses insistió en que “todas las opciones estaban sobre la mesa”.