WASHINGTON. Los países más ricos del mundo anunciaron más medidas económicas para combatir el coronavirus, que ha infectado a decenas de miles de personas, desencadenado restricciones sociales no vistas desde la Segunda Guerra Mundial y que ha puesto a las economías en camino a una recesión.
En Estados Unidos, el gobierno y el banco central anunciaron un plan masivo de ayuda a la economía para enfrentar las consecuencias del virus, proyecto que depende del visto bueno del Congreso.
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, que estuvo con el presidente Donald Trump en la sala de prensa de la Casa Blanca, dijo que negocia con los líderes del Congreso un plan para enviar con urgencia fondos a estadounidenses vulnerables. El mandatario sostuvo que algunas personas deberían de recibir mil dólares.
Luego de tardar en reaccionar, el inquilino de la Casa Blanca se vanaglorió de que este plan será inédito. "Creo que nunca antes vi algo igual", sostuvo.
La pandemia de nuevo coronavirus, que comenzó en China a fines de 2019 y que se extiende día a día en el mundo, obliga a los países a tomar medidas drásticas. En Estados Unidos como en otros sitios las aerolíneas dejan aviones en tierra, las escuelas y liceos cierran, así como bares y restaurantes.
El coronavirus llegó a los 50 estados del país y deja ya 100 muertos. El propio Trump desaconsejó reuniones de más de 10 personas, y con ello es claro que toda la actividad económica se ve resentida.
Mnuchin no reveló el monto del plan de ayuda, pero la prensa estadounidense maneja de fuentes del gobierno la cifra de 850 mil millones de dólares.
"Tenemos la intención de enviar cheques inmediatamente a los norteamericanos", sostuvo, precisando que hablaba de un lapso de dos semanas, añadió.
Una medida similar fue adoptada por el gobierno de George W. Bush durante la crisis hipotecaria de 2008.
Además de la ayuda del gobierno federal, la Reserva Federal de Nueva York, encargada de vigilar que los mercados dispongan de liquidez suficiente, anunció antes el martes una nueva inyección masiva de 500.000 millones de dólares en el mercado monetario.
Los anuncios de la Fed y la perspectiva de un plan de reactivación tranquilizaron al mercado y Wall Street tuvo una fuerte alza tras varias jornadas negras.
Francia, por su parte, inyectará 45 mil millones de euros (50 mil millones de dólares) a su economía para ayudar a las empresas y trabajadores. Se espera que su producción se contraiga un 1% este año.
"Siempre he defendido el rigor financiero en tiempos de paz para que Francia no tenga que escatimar en su presupuesto en tiempos de guerra", dijo el ministro de Presupuesto, Gerald Darmanin.
La Unión Europea (UE) también flexibilizó sus reglas para permitir que las empresas reciban subvenciones estatales de hasta 500 mil euros (551 mil dólares) o garantías sobre préstamos bancarios para asegurar la liquidez.
En España, que alcanzó la barrera de los 11 mil contagiados y casi 500 fallecidos, el gobierno anunció un ambicioso plan de 200 mil millones de euros para sostener la economía durante la pandemia.
Por su parte, el Reino Unido anunció una línea de crédito respaldada por el Estado de hasta 330 mil millones de libras (399 mil millones de dólares) para apoyar a las empresas afectadas por el Covid-19.
CRECEN LAS COMPRAS DE PÁNICO Y EL DESABASTO
Casi de la noche a la mañana el brote de coronavirus transformó a las principales potencias países de consumo ilimitado a unos repentinamente de gasto reducido debido al confinamiento y al distanciamiento social.
La crisis ha sido un desafío para todas las empresas minoristas, con el cierre temporal de importantes cadenas y la compra histérica de alimentos básicos en supermercados y grandes tiendas como Walmart y otras. Muchos locales siguen abiertos, pero en medio de una atmósfera de extrañamente escaso consumo.
En Europa, conseguir productos de limpieza y alimentos se ha convertido en una lucha por la escasez ante el pánico.
Gobiernos como los de Alemania y Francia intentan convencer a la población de que el abasto de alimentos está asegurado a medida que la región se convierte en el epicentro de la pandemia.
Pero el temor generalizado ha llevado a muchos consumidores a realizar "compras de pánico" de alimentos no perecederos como arroz y pasta, con el registro de largas colas en los centros comerciales.
En Alemania, la ministra de Agricultura y Alimentación, Juli Klokner, instó a la solidaridad y la moderación y dijo que las compras "hamster", como se kles llama en ese país, contribuirán al desabasto y al desperdicio de alimentos.
En Francia, la presión al sistema alimentario tuvo una respuesta política.
Bruno Le Marie, ministro de Economía y Finanzas, y representantes del sector agroalimentario aseguraron en conferencia de prensa que "no hay escasez" en el país, y pidieron a las personas ser racionales en sus compras.
En Italia, en tanto, las empresas están lidiando con presiones económicas, cierres de fronteras, escasez de mano de obra y, además, el aumento en el consumo de las familias debido a la cuarentena obligatoria, con 38% de italianos que están almacenando alimentos y bwbidas por el miedo injustificado a la escasez.