Estados Unidos dijo el miércoles que incluyó a Cuba en su lista negra de países que no colaboran plenamente en la lucha antiterrorista, denunciando la presencia en la isla de la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Cuba se sumó a otros cuatro adversarios estadounidenses -Irán, Siria, Corea del Norte y Venezuela- que no obtuvieron la certificación en 2019 en virtud de una ley antiterrorista estadounidense que afecta las exportaciones de artículos y servicios de defensa.
"Este es el primer año en que Cuba ha sido certificada como no totalmente cooperante desde 2015", dijo el Departamento de Estado en un comunicado.
El texto citó la presencia en Cuba de negociadores del ELN, que viajaron a La Habana en 2017 para sostener conversaciones de paz con el gobierno de Bogotá pero no han regresado.
"La negativa de Cuba a comprometerse productivamente con el gobierno colombiano demuestra que no está cooperando con el trabajo de Estados Unidos para apoyar los esfuerzos de Colombia para garantizar una paz, seguridad y oportunidades justas y duraderas para su pueblo", dijo el Departamento de Estado.
El presidente conservador colombiano, Iván Duque, un aliado de Estados Unidos, interrumpió el diálogo con el ELN después de que un ataque con coche bomba en enero de 2019 en una academia de policía de Bogotá matara a 21 reclutas e hiriera a más de 60 uniformados.
Los militantes han estado exigiendo, sin éxito, que Colombia otorgue un salvoconducto para que sus negociadores regresen de Cuba.
Sublevado contra el Estado desde 1964, el guevarista ELN es considerado por el gobierno colombiano como el último grupo rebelde en actividad en el país, luego de que las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) alcanzaron un histórico acuerdo de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos en 2016.
- "Víctima del terrorismo" -
Para Cuba, la certificación del Departamento de Estado tendrá poco efecto práctico ya que la isla no importa armas de Estados Unidos, su archirrival desde hace seis décadas.
Pero esta medida se suma a la creciente presión del gobierno de Donald Trump sobre La Habana, que aleja a Washington de los esfuerzos de reconciliación propiciados por su antecesor, Barack Obama.
El gobierno cubano no tardó en reaccionar, acusando a Estados Unidos de "una larga historia de actos terroristas" en su contra.
"Cuba es víctima del terrorismo. Hay una larga historia de actos terroristas cometidos por el gobierno de Estados Unidos contra Cuba y la complicidad de las autoridades estadounidenses con individuos y organizaciones que han organizado, financiado y ejecutado esas acciones desde territorio estadounidense", tuiteó en inglés el director de asuntos estadounidenses en la cancillería cubana, Carlos F. de Cossio.
El funcionario incluyó a los fallecidos anticastristas Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, a quienes Fidel Castro solía calificar como los "más sanguinarios exponentes del terrorismo imperialista contra" Cuba, responsables según La Habana del atentado contra un avión de Cubana de Aviación en 1976 en el que murieron 73 personas.
También apuntó contra Guillermo Novo Sampoll, señalado de fraguar un complot para asesinar a Castro durante una cumbre en 2001 en Panamá.
De su lado, el Departamento de Estado acusó al gobierno comunista de Cuba de acoger no sólo a los rebeldes del ELN, sino también a varios prófugos estadounidenses de la justicia buscados por cargos de violencia política.
Entre ellos, mencionó a la activista Joanne Chesimard, condenada por ejecutar al policía estatal de Nueva Jersey Werner Foerster en 1973.