PARÍS, Francia. La Unión Europea excluyó la posibilidad de desplegar efectivos militares en las fronteras del continente para contener la ola migratoria, como reclama Austria con el apoyo de Italia, Hungría y la mayoría de países de Europa del Este.
La neta oposición de Bruselas a ese proyecto fue expuesta por la italiana Federica Mogherini, representante de UE para Asuntos Exteriores y Seguridad, en respuesta a la iniciativa presentada por el gobierno ultra conservador de Viena, que gobierna en alianza con la extrema derecha.
Los tratados de la UE sólo permiten el despliegue de fuerzas militares “fuera del territorio europeo”, recordó Mogherini durante una conferencia de prensa conjunta con el ministro de Defensa austriaco, Mario Kunasek.
La presentación de Kunasek adquirió un relieve particular desde el punto de vista institucional porque Austria ocupa este semestre la presidencia rotativa de la UE.
En “nombre de la eficacia”, Kunasek abogó por fortalecer el trabajo de Frontex, organismo de la UE especializado en la vigilancia de los límites exteriores terrestres y marítimos de Europa.
Esa agencia, con sede en Varsovia (Polonia), fue creada en 2004 y reestructurada en 2016. En la actualidad solo cuenta con 315 efectivos permanentes y un presupuesto que en 2017 ascendió a 330 millones de euros.
Al término de la reunión de Viena, Kunasek aseguró que la discusión había sido "positiva", pero Mogherini aclaró que había un importante grupo de países que presentaba "importantes reservas" con respecto a la iniciativa austriaca.
Los más hostiles a esa idea son Alemania, Francia y España, con el apoyo de otros países -que no mencionó-, todos inspirados en una visión de “realismo moral” basada en los valores de la UE.
Berlín rechaza a refugiados
BERLÍN, Alemania. La ultraderecha volvió a manifestarse en Chemnitz (este de Alemania) en contra de la canciller Angela Merkel y de la presencia de refugiados en el país, en una concentración pacífica, después de que a comienzos de la semana se registrasen incidentes.
La marcha fue convocada por el grupo Pro Chemnitz, dentro de las protestas que han tenido lugar a lo largo de la semana por la muerte de un joven en la ciudad, presuntamente apuñalado por un demandante de asilo.
Se produjeron ataques contra personas de apariencia extranjera y en algunas de ellas se hizo el saludo nazi.