PARÍS, Francia. El partido de extrema derecha Demócratas de Suecia fracasó en su intento de obtener 20% de votos para convertirse en una alternativa política en un país dominado por la socialdemocracia, que gobernó 65 de los últimos 82 años. Aun así fue el gran triunfador de esta elección legislativa, en la cual participaron 7.1 millones de electores.
Tal como le pronosticaban los sondeos -entre 17% y 20% de los sufragios-, el movimiento que dirige Jimmie Åkesson totalizó 19.2%, según los primeros sondeos divulgados por la televisión pública SVT. De ese modo, el movimiento racista y xenófobo ganó más de seis puntos con relación a la consulta de 2014 y se convirtió en la tercera fuerza política del país.
Los socialdemócratas del primer ministro Stefan Löfven, por su parte, ocuparon el primer lugar con 25.4% de votos. Pero esas cifras significan una victoria pírrica porque representan 5.5% menos que hace cuatro años, que ya había sido el peor resultado en un siglo. Con el respaldo de sus aliados, la coalición de centro-izquierda dirigida por la socialdemocracia totalizaría 39.4% de los votos y conservaría el poder durante otros cuatro años.
La alianza de centro-derecha, que dirige el líder del partido de los Moderados (conservadores), Ulf Kristersson, reunió 39.6% de los votos, pero ninguna de las dos coaliciones podrá alcanzar la mayoría absoluta, según las proyecciones. El primer ministro Stefan Löfven interpretó los resultados como un "referéndum a favor del Estado-providencia". Durante la campaña, Åkesson había presentado la elección como un plebiscito contra la política migratoria del gobierno.
La inmigración fue el tema dominante de la campaña. La presencia de 1.9 millones este país de 10 millones de habitantes se transformó en los últimos años en un tema político urticante. Estimulados por la retórica inflamada de Åkesson, una parte del electorado -modestos asalariados, jubilados y nuevos electores- reprochó al primer ministro Stefan Löfven haber hipotecado el bienestar de los suecos abriendo las fronteras a los refugiados.
"Los inmigrantes son percibidos como una amenaza económica y cultural para la homogeneidad de la comunidad nacional”, según la interpretación del Jens Rydgren.
Suecia recibió 400 mil inmigrantes desde 2012, cifra que -en relación a su población- representa el contingente más importante de extranjeros en Europa.
En la actual situación de empate entre las dos grandes coaliciones, la alianza de centro-derecha tendrá que ceder la prioridad de formar gobierno a la socialdemocracia que fue el partido más votado. Según la ley electoral sueca, no es necesario contar con la mayoría absoluta para gobernar y alcanza con no tener una mayoría en contra. Kristersson tiene la posibilidad de aliarse con la ultraderecha para impedir que la coalición de centroizquierda permanezca en el poder. Pero no será fácil de poner en práctica ese recurso porque los partidos del arco democrático coinciden tácitamente en mantener un “cordón sanitario” para neutralizar el acceso de la extrema derecha al gobierno.