PARÍS, Francia. El gobierno de Emmanuel Macron comenzará a aplicar “mano dura” para terminar con las manifestaciones callejeras violentas que mantienen a Francia en ebullición.
Ese endurecimiento de su política de seguridad fue anunciado ayer por el primer ministro Edouard Philippe en una entrevista televisada a la hora de mayor audiencia: "A la ultra violencia, responderemos con la ultra firmeza", advirtió frente a las cámaras del canal TF1 de televisión.
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La nueva doctrina represiva del gobierno fue delineada durante toda la jornada del lunes por los principales ministros. “A la ultra violencia, opondremos la ultra firmeza", había señalado poco antes el ministro del Interior, Christophe Castaner. "Frente a la ultra violencia, hace falta ultra severidad", declaró por su parte el secretario de Finanzas y Cuentas Públicas, Gérald Darmanin.
El gobierno decidió ese refuerzo de medidas después de los violentos enfrentamientos entre “chalecos amarillos” y fuerzas del orden que vivió el país el sábado último por octava semana consecutiva.
La opinión pública resultó conmovida por la irrupción de un grupo de manifestantes en la sede de la secretaría de Estado de Relaciones con el Parlamento, que obligó al equipo de seguridad a evacuar con urgencia de su despacho al portavoz del gobierno, Benjamin Griveaux.
Otro episodio se registró en un puente sobre el Sena cuando la policía impidió a los manifestantes dirigirse a la Asamblea Nacional. En ese duelo, el exboxeador profesional Christophe Dettinger hizo retroceder a puñetazos a varios policías, noqueó a uno y luego golpeó a otro cuando estaba caído sin defensa. El hombre se entregó ayer a la policía tras confesar su arrepentimiento en un vídeo y será juzgado por delitos que pueden llegar a cinco años de prisión. Las imágenes causaron una fuerte conmoción en el país.
El gobierno endurecerá la ley contra los vándalos infiltrados en las manifestaciones pacíficas de los chalecos amarillos y contra quienes oculten su rostro. Igualmente serán castigados quienes participen en manifestaciones no comunicadas previamente a la policía. Estas medidas se pondrán a prueba el próximo sábado.