PARÍS. Un alto al fuego precario entre Israel y el movimiento palestino Hamas -negociado por la la mediación de Egipto, Qatar y la ONU- puso término ayer a la peor escalada de violencia registrada en la Franja de Gaza en los últimos cinco años.
Las hostilidades, que se prolongaron poco más de 48 horas, cesaron en la madrugada después de provocar la muerte de 25 palestinos y 4 israelíes. Durante el enfrentamiento, los palestinos dispararon más de 700 cohetes, mientras que Israel respondió con más de 350 ataques contra posiciones militares palestinas en Gaza.
El final de los combates fue acogido con suspiros de alivio, tanto en la Franja de Gaza como en Israel, porque logró contener la ola de violencia más grave desde la guerra de 2014, que provocó más de 2 mil muertos.
La decisión de silenciar las armas, por el momento, fue en gran parte por la llegada del Ramadán, fiesta religiosa que comenzó a ser celebrada ayer por los musulmanes.
Como es habitual en casos similares, Israel no confirmó la adopción de una tregua, pero su Ejército dejó sin efecto las restricciones aplicadas desde el viernes a la población civil en las zonas cercanas a Gaza.
El armisticio entró en vigor al término de una reunión celebrada en El Cairo entre dirigentes de los servicios de inteligencia egipcios, emisarios de Hamas y del Yihad Islámico, los movimientos que controlan política y militarmente la Franja de Gaza.
Para deponer las armas, los palestinos exigieron una mejora de las condiciones de vida en Gaza, la expansión del área de pesca en las costas del enclave y el acuerdo de Israel para que pueda llegar el dinero enviado mensualmente por Qatar.
Los términos del acuerdo no mencionan la ayuda financiera de Irán, un tema central en este conflicto. Durante los combates, las fuerzas armadas israelíes bombardearon el vehículo en el cual viajaba Hamed Hamdan al-Khudari, responsable de las transferencias de fondos de Irán a las milicias de Hamas y el Yihad Islámico que operan en el enclave. Khudari murió en el ataque.
El alto el fuego tiene enorme importancia para Israel, pues el jueves se celebra la fiesta nacional de Yom HaAtsmaut, que conmemora la declaración de la independencia de 1948, y el próximo fin de semana en Tel Aviv se realiza el festival de Eurovisión, que será presenciado por 200 millones de personas en todo el mundo.