Luego de 12 años consecutivos tratando de alcanzar la presidencia de Guatemala, el conservador Alejandro Giammattei finalmente logró su cometido en el balotaje del domingo, pero enfrentará una titánica tarea cuando asuma en enero de 2020.
El médico cirujano se ha comprometido a combatir la corrupción que ha marcado a los últimos cinco gobiernos y, para ello, deberá tejer alianzas en un Congreso donde no tiene una mayoría que le permita lograr resultados rápidos.
"La CICIG tuvo muchos logros metiendo a la gente a la cárcel (pero) el problema es el sistema (...) lo que hay que combatir son las causas de la corrupción", dijo Giammattei a Reuters en referencia a la Comisión Internacional contra la Impunidad (CICIG), un organismo de la ONU al que el saliente mandatario decidió no renovarle su mandato, que vence en septiembre.
Según la ONG Transparencia Internacional, Guatemala es uno de los países percibidos como más corruptos de Latinoamérica y su presidente, Jimmy Morales, terminará su mandato con índices de aprobación por los suelos.
Un 80% de los guatemaltecos desaprueba su gestión y, en la primera vuelta de junio, el partido que lo llevó al poder en 2015 -el derechista FCN- apenas logró el 3,5% de los votos, un récord para una agrupación que postula desde el poder.
Morales y sus predecesores Otto Pérez Molina, Álvaro Colom, Óscar Berger y Alfonso Portillo han sido señalados por escándalos de corrupción. Todos ellos asumieron con la promesa de acabar con esa mala práctica pero tres pisaron la cárcel.
Si bien la corrupción es uno de los principales dolores de cabeza de la mayoría de los casi 18 millones de habitantes, la pobreza y la violencia son los mayores responsables de la masiva migración de guatemaltecos hacia Estados Unidos, algo que Giammattei ha promedio mitigar a través de inversiones.
El pequeño país centroamericano es uno de los más violentos del mundo, el único de toda América Latina que no ha logrado reducir la pobreza en las últimas dos décadas y uno de los más desiguales de la región. Actualmente, seis de cada 10 guatemaltecos vive en la pobreza, según cifras oficiales.
"(Cuatro años) son insuficientes (para hacer de Guatemala un país próspero). Nuestro plan marca el inicio de lo que hay que hacer en Guatemala en los próximos 15 años", confesó Giammattei.