La nueva primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, afronta hoy la votación final para su investidura en el Senado tras lograr el respaldo de la Cámara de los Diputados, un formalismo porque su coalición derechista tiene la mayoría absoluta.
La sesión dará comienzo a las 13.00 horas local en el romano Palacio Madama, sede de la Cámara Alta, y tras el debate se procederá a la votación.
Un día antes, ayer martes, Meloni logró, tal y como se espera, el apoyo de la otra sede parlamentaria, la Cámara de los Diputados, con 235 votos a favor, 154 en contra y cinco abstenciones.
Un resultado que debería repetirse hoy en el Senado, aunque de una forma ligeramente más ajustada.
En esta sede, con 200 escaños (además de seis senadores vitalicios que no siempre participan en las sesiones), su coalición puede contar con al menos 110 votos.
El partido de Meloni, los ultraderechistas Hermanos de Italia, suma 63 escaños, la Liga de Matteo Salvini 29 y la Forza Italia de Silvio Berlusconi 18, a los que además habría que sumar el apoyo del grupo "Noi Moderati", con seis.
Durante la jornada, la atención también estará puesta en un eventual discurso de Berlusconi que, a sus 86 años, ha regresado al Senado nueve años después de su expulsión por su condena por fraude fiscal en el denominado "Caso Mediaset".
Sobre todo por las desavenencias que mantuvo con Meloni mientras preparaba su equipo de gobierno, a cuenta del reparto de ministerios y por unas declaraciones filtradas a la prensa en las que el magnate aseguraba haber retomado su amistad con el presidente ruso, Vladímir Putin, además de justificar la invasión de Ucrania.
Meloni, primera mujer jefa del Gobierno en la historia del país, juró el cargo el pasado sábado ante el jefe del Estado, Sergio Mattarella, después de ganar las elecciones generales del 25 de septiembre con el 26 % de los votos, además de los de sus aliados.
En su discurso ante los diputados, la nueva primera ministra desgranó su programa de gobierno para los próximos 5 años en un largo discurso en el que quiso enviar un mensaje europeísta, no sin críticas a la Unión Europea, además del adelantar algunas reformas importantes como una amnistía fiscal y renegar del fascismo.
"Nunca he sentido simpatía por regímenes antidemocráticos, incluido el fascista", dijo Meloni, de 45 años, y que lidera un partido heredero del Movimiento Social Italiano, fundado en 1946 por los últimos fascistas.
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