PARÍS, Francia. La primera ministra británica Theresa May endureció su posición y decidió jugar a fondo la carta del miedo para persuadir a los diputados rebeldes del Partido Conservador que respalden el acuerdo de Brexit que negoció con la Unión Europea (UE).
El Parlamento de Westminster debe pronunciarse el 14 de enero sobre ese texto o abrir un proceso de incertidumbre que puede desembocar en un divorcio sin acuerdo el 29 de marzo próximo.
A 99 días de esa fecha fatídica, el gabinete decidió acordar la “prioridad operativa” a los preparativos para un Brexit duro (sin acuerdo). Pero “nuestra prioridad general sigue siendo conseguir un pacto”, aseguró el ministro del Brexit, Steve Barclay. El gobierno prepara un arsenal de instrucciones a todos los sectores del país sobre las medidas que deben adoptar en caso de una retirada británica de la UE sin acuerdo ratificado.
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En su reunión de ayer, según la prensa, el gabinete examinó las principales opciones de otros dos escenarios: el acuerdo negociado por May y la revocación del artículo 50, que anularía el pedido de salida de la UE y dejaría sin efecto las negociaciones realizadas en el último año y medio con Bruselas.
Una de las primeras medidas será aconsejar a los particulares no salir de vacaciones después de marzo por temor a que el Brexit duro provoque una parálisis de los servicios aéreos y marítimos con el continente. La asociación de aerolíneas, que reúne unas 50 empresas, pidió a la Comisión Europea que actúe con urgencia para evitar ese escenario catastrófico.
El gobierno también anunció que pondrá a tres mil 500 soldados en “estado de alerta” por si deben colaborar en las situaciones críticas en puertos o aeropuertos en caso de Brexit duro. El contingente incluirá militares “regulares y de reserva”.
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Igualmente destinó una partida de tres mil millones de libras (tres mil 400 millones de euros) para reforzar los presupuestos de los sectores de la administración más solicitados en caso de escenario crítico, como los servicios de fronteras e inmigración, los ministerios de Medio Ambiente, Agricultura y Asuntos Rurales para desarrollar un nuevo sistema informático de exportación de alimentos y pescado, o Comercio Internacional para que pueda comenzar de inmediato a implementar tratados a nivel mundial.
La adopción de planes alternativos también constituye un mensaje a las autoridades de Bruselas indicando que el Reino Unido está decidido y preparado para tratar de arrancarle a la UE concesiones de último momento. Las autoridades de Bruselas, por su parte, también colocaron en alerta a los 27 países que permanecerán en la UE después del retiro británico y anunció que hoy (miércoles) publicará sus propios planes de contingencia para el “no deal” (Brexit sin acuerdo).
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Los ministros más duros del gabinete británico, como el canciller Jeremy Hunt y el titular de Interior, Sajid Javid, desean proponer a Bruselas un “managed no deal” ("no acuerdo gestionado") para evitar el caos que puede producirse en los puertos, aeropuertos y en el eurotúnel.
Como garantía, Londres se comprometería a pagar de inmediato la mitad de la "factura" del Brexit, estimada en 43 mil millones de euros y, a partir del 29 marzo tanto Gran Bretaña como los otros miembros de la UE pondrían en marcha planes de emergencia concretos para evitar el caos en sectores clave como la aviación, la alimentación o las finanzas.