BRUSELAS. La Unión Europea, y funcionarios de varios países, incluido Estados Unidos, vieron con escepticismo la rápida aprobación británica de una vacuna contra el Covid-19, al criticar la “precipitación” y asegurar que su propio procedimiento es más exhaustivo.
El Reino Unido se convirtió en el primer país del mundo en autorizar la vacuna contra el Covid-19 de los laboratorios estadounidense Pfizer y alemán BioNTech, que estará disponible “la próxima semana”, afirmaron autoridades británicas.
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El país se dispone a desplegar la primera campaña en un país occidental de vacunación contra el coronavirus, operación larga y logísticamente compleja.
El primer ministro Boris Johnson calificó de “fantástica” la aprobación por el regulador británico.
Esta será “la mayor campaña de vacunación que se haya llevado a cabo en la historia de nuestro país”, afirmó por su parte Simon Stevens, jefe del servicio de salud pública de Inglaterra. La vacunación no será obligatoria.
La Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA) británica aseguró que pese a la rapidez de su aprobación, esta se hizo respetando todos los protocolos y sin precipitación.
La luz verde del regulador británico es un “momento histórico”, según el presidente del laboratorio estadounidense Pfizer, Albert Bourla. EU ha pedido ya 100 millones de dosis, y la UE, 300 millones.
AUMENTA PRESIÓN
Al adelantarse a Estados Unidos, también aumentó la presión sobre los reguladores estadounidenses, que fueron convocados a la Casa Blanca para explicar por qué no estaban listos para hacer lo mismo. El jefe de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EU (FDA), Stephen Hann, defendió los tiempos: “Tenemos que hacer esto de la manera correcta”, informó The New York Times.
En tanto, el diario The Washington Post informó que funcionarios extranjeros se quejaron del sentido de “patriotismo” y de celebración británico sobre un producto de dos empresas no británicas, mientras que legisladores europeos advirtieron un lanzamiento “apresurado” y consideraciones políticas para el anuncio, en medio de unas duras negociaciones sobre la salida de Gran Bretaña del bloque europeo, donde nadie quiere ceder.
“No creo que esta sea una historia nacional; a pesar de que la empresa alemana BioNTech ha hecho una contribución crucial, esto es europeo y transatlántico”, dijo el embajador de Alemania en Londres, Andreas Michaelis.
Este sentido de pugna se reforzó ayer cuando el ministro de Sanidad británico, Matt Hancock, aseguró en entrevista con times Radio que el Brexit permitió al Reino Unido acelerar la aprobación de la vacuna, aunque su regulador independiente no estuvo totalmente de acuerdo.
La Unión Europea criticó la rápida aprobación británica, al asegurar que su propio procedimiento es más exhaustivo y apropiado en la actual emergencia, y para que la población confíe en las vacunas.
Según la doctora Penny Ward del King's College de Londres, las diferencias de procedimiento entre la MHRA y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) explican la velocidad de los británicos.
“A diferencia de la EMA, la MHRA puede hacer preguntas a medida que surgen y obtener respuestas más rápidamente”.
El ejemplo británico también espoleó a otros, como al presidente ruso Vladimir Putin, que pidió a las autoridades sanitarias de su país el inicio de una campaña de vacunación “a gran escala” la semana que viene. Rusia registró ayer su segundo día consecutivo de muertes récord.
Ahora, mientras los países de la UE esperan la autorización de una vacuna, Hungría ya comenzó a recibir dosis de la vacuna rusa Sputnik, en una decisión que generó preocupación en Bruselas.
En América Latina, Colombia ya firmó contrato con Pfizer, empresa que ayer pidió autorización para erl uso de su vacuna en Argentina. Pero en medio del impacto mundial por la noticia, la OMS advirtió que las primeras vacunaciones no bajarán los casos.