Mogadiscio, Somalia.- Las fuerzas de seguridad somalíes pusieron fin el sábado por la noche a un sangriento ataque de combatientes yihadistas de Al Shabab contra un hotel en la capital del país, Mogadiscio, que se prolongó 30 horas y dejó al menos 13 civiles muertos.
"Las fuerzas de seguridad pusieron fin al asedio ahora y los atacantes están muertos", dijo un oficial a la AFP el sábado hacia medianoche bajo condición de anonimato, señalando que no habían recibido fuego desde el interior del edificio desde hacía una hora.
El oficial no ofreció información sobre el número de fallecidos en el hotel Hayat ni de los milicianos de Al Shabab abatidos, pero dijo que el gobierno daría una rueda de prensa para dar detalles el domingo por la mañana.
Se trata del mayor ataque en Mogadiscio desde la elección en mayo del nuevo presidente somalí, Hassan Sheikh Mohamud, que por el momento no se ha pronunciado públicamente al respecto.
Los atacantes de Al Shabab, grupo filial de Al Qaeda, habían iniciado el ataque el viernes por la noche irrumpiendo con armas y bombas en el popular hotel Hayat, donde estuvieron atrincherados durante unas 30 horas.
Decenas de personas quedaron atrapadas cuando comenzó el ataque y, aunque las autoridades dijeron que se había rescatado a muchas de ellas, incluidos niños, no se sabe cuánta gente quedó dentro.
Poco antes del fin del asedio, un testigo que veía lo que ocurría desde la azotea de otro edificio, Salaad Ali, señaló que las fuerzas de seguridad estaban atacando "con armas pesadas".
"Parte del hotel está en llamas, ha habido al menos dos explosiones fuertes y varias más de menor escala", agregó Ali. "Podemos ver las llamas de las armas utilizadas, el fuego, y aún podemos escuchar disparos esporádicos", agregó.
El edificio quedó destruido por el bombardeo con armas pesadas pero, de todos modos, procederán a examinar las ruinas para limpiarlo de posibles explosivos que hayan sido colocados, indicó el oficial bajo anonimato.
Niños escondidos en los baños
Al Shabab, grupo vinculado a la red de Al Qaeda que desde hace 15 años lucha contra el gobierno de este país del Cuerno de África, reivindicó el ataque el sábado en medios afines.
Abdiaziz Abu Musab, portavoz del grupo, aseguró en declaraciones a la radio Andalus que sus fuerzas habían "causado numerosas bajas".
Una mujer, Hayat Ali, dijo que las fuerzas de seguridad habían encontrado a tres niños de entre cuatro y siete años escondidos y conmocionados en el baño de un hotel, tras lo cual pudieron reunirse con su familia.
Otro sobreviviente dijo a la AFP que él y algunos colegas se encontraban rezando antes de tomar el té en uno de los espacios abiertos del hotel cuando escucharon las primeras explosiones.
"Me las arreglé para correr hacia una puerta de salida cercana lejos de los atacantes", dijo Husein Ali a la AFP.
"Comenzaron a disparar y pude escuchar los disparos detrás de mí, pero gracias a Dios (...) logramos escapar", explicó. "Los que prefirieron refugiarse dentro del edificio, incluido uno de mis colegas, murieron", agregó.
Los aliados de Somalia, incluidos Estados Unidos, Gran Bretaña y Turquía, así como la ONU, han condenado enérgicamente el ataque.
ATMIS, la fuerza de la Unión Africana encargada de ayudar a las fuerzas somalíes a asumir la responsabilidad principal de la seguridad para fines de 2024, expresó su "solidaridad con el Gobierno Federal de Somalia para continuar con la lucha conjunta contra los terroristas".
Pronto para una negociación
El sábado, otro ataque aún no reivindicado dejó 20 heridos, entre ellos niños, por una salva de proyectiles de mortero, que impactaron en el barrio de Hamar Jajab, situado frente al mar, según declaró a la AFP el comisario de distrito Mucawiye Muddey.
Mohamed Abdirahman Jama, un responsable del principal hospital de Mogadiscio, afirmó que su centro atendía a al menos 40 personas heridas de los dos sucesos.
Estos ataques llegan después de que Estados Unidos anunciara el miércoles haber matado en un asalto aéreo a 13 milicianos de Al Shabab alrededor de Teedaan, a unos 300 km al norte de Mogadiscio y cerca de la frontera con Etiopía.
El presidente Joe Biden decidió en mayo restablecer la presencia militar estadounidense en Somalia, revirtiendo la decisión de su predecesor Donald Trump.
Los militantes de Al Shabab fueron expulsados de Mogadiscio en 2011 por una fuerza de la Unión Africana, pero todavía controlan grandes porciones de territorio y tienen capacidad de realizar acciones letales contra objetivos civiles y militares.
El nuevo presidente de Somalia, Hassan Sheikh Mohamud, dijo el mes pasado que no se podrá vencer a los milicianos con el único recurso de la fuerza militar, pero precisó que aún no era el momento de encarar una negociación.