VARSOVIA. Un misil que golpeó a Polonia probablemente fue un disparo extraviado de las defensas aéreas ucranianas y no un ataque ruso, dijeron Polonia y la OTAN, aliviando la preocupación mundial a que la guerra en Ucrania cruzara la frontera.
Sin embargo, el jefe de la OTAN dijo que Moscú, y no Kiev, era el culpable final de comenzar la guerra en primer lugar y lanzar el ataque que desencadenó las defensas de Ucrania.
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“Esto no es culpa de Ucrania. Rusia tiene la responsabilidad final mientras continúa su guerra ilegal contra Ucrania”, dijo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, a periodistas en Bruselas.
Los embajadores de la OTAN mantenían conversaciones de emergencia para responder a la explosión del martes, que mató a dos personas en una instalación de granos en Polonia cerca de la frontera con Ucrania, la primera consecuencia mortal de la guerra en el territorio de la alianza militar occidental.
“Por la información que tenemos nosotros y nuestros aliados, era un cohete S-300 fabricado en la Unión Soviética, un cohete viejo y no hay evidencia de que haya sido lanzado por la parte rusa”, dijo el presidente polaco, Andrzej Duda.
“Es muy probable que haya sido disparado por la defensa antiaérea ucraniana”.
Stoltenberg también afirmó que probablemente era un misil de defensa aérea ucraniano.
El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, dijo que Varsovia podría no necesitar activar el artículo 4 del tratado de la OTAN, que exige consultas cuando un país miembro considera que su seguridad está amenazada.
El incidente hizo temer inicialmente una escalada bélica, ya que Polonia, miembro de la OTAN, está amparada por el compromiso transatlántico de defensa colectiva.
Previamente, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que era poco probable que el misil hubiera sido disparado desde Rusia.
El hecho ocurrió mientras Rusia disparaba decenas de misiles contra ciudades de Ucrania, en lo que Kiev dice que fue la mayor ráfaga de este tipo de ataques en la guerra que ya dura nueve meses.
Kiev dice que derribó la mayoría de los misiles rusos con sus propios misiles de defensa aérea. La región ucraniana de Volyn, justo al otro lado de la frontera con Polonia, fue una de las muchas que Ucrania dice que fue objeto de los ataques de Rusia en todo el país.
Ucrania persistió en afirmar que el misil era ruso, contradiciendo las versiones de Estados Unidos y la OTAN.
“No tengo ninguna duda de que no fue un misil nuestro”, dijo el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. “Pienso que es un misil ruso, basándome en nuestros informes militares”, añadió.
El Consejo Nacional de Seguridad y Defensa ucraniano reclamó un “acceso inmediato” al lugar del impacto.
Tras estas declaraciones, la Casa Blanca indicó que no había “visto nada que contradiga” la versión polaca, aunque eso no exime a Rusia de su “responsabilidad” por los bombardeos masivos que lleva a cabo en Ucrania.
Los líderes mundiales instaron a no sacar conclusiones precipitadas.
Las autoridades de Hungría, otro país de la OTAN, consideraron poco “responsable” la actitud de Zelenski.
“Ante una situación de este tipo, los dirigentes mundiales se expresan de forma responsable”, pero “el presidente ucraniano, al acusar inmediatamente a los rusos, fue un mal ejemplo”, declaró Gergely Gulyas, jefe de gabinete del primer ministro húngaro, Viktor Orban.
En tanto, China pidió “calma y moderación” y el jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, advirtió del peligro que supone sacar conclusiones “apresuradas”.
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Rusia, por su lado, se congratuló por la “reacción comedida” de Washington y acusó en la ONU a Ucrania y a Polonia de tratar de provocar un “enfrentamiento directo” entre Rusia y la OTAN.
“Los mensajes de Zelenski no son sólo un intento de desinformar, sino un intento consciente de involucrar a la OTAN, que está llevando a cabo una guerra indirecta contra Rusia en Ucrania, en un conflicto directo con nuestro país”, dijo ante el Consejo de Seguridad el embajador ruso ante Naciones Unidas, Vasili Nebenzia.
G20, contra la guerra
La cumbre del G20 terminó ayer en la isla indonesia de Bali con una condena mayoritaria a Rusia y renovados llamados a poner fin a la guerra en Ucrania y sus calamitosas consecuencias para la población mundial.
Las diferencias entre los países no impidieron la adopción de un comunicado conjunto al terminar la cumbre, que incluye una condena de la mayoría de países a la guerra en Ucrania y destaca su grave impacto en la economía mundial.
La declaración reconoce “otros puntos de vista”, pero afirma que “la mayoría de miembros condenan firmemente la guerra en Ucrania y destacaron que está causando un inmenso sufrimiento humano”.