El grupo islamista Hamas ha llamado a los musulmanes de Cisjordania ocupada, Jerusalén Este y a aquellos que viven en Israel a convocar protestas masivas este viernes -su día sagrado- para conmemorar el 55 aniversario del ataque incendiario que tuvo lugar en la Explanada de las Mezquitas el 21 de agosto de 1969.
En un comunicado, el grupo palestino pide a todos los musulmanes que se atrincheren en el interior de la Mezquita de Al Aqsa para "frustrar los intentos de los extremistas de profanarla".
El ataque contra el que es considerado el tercer lugar más sagrado para el Islam se llevó a cabo por un cristiano australiano que destruyó partes de la estructura de la mezquita y, aunque actuó de forma independiente, algunos grupos palestinos en ese momento acusaron a Israel de planear el ataque.
De hecho, en su texto la organización islamista afirma que Israel fue "cómplice" y lo acusa de intentar hoy imponer su soberanía sobre todo el recinto de la mezquita, conocido por los judíos como el Monte del Templo, el lugar más sagrado del judaísmo.
Según el 'statu quo' vigente desde 1967 -cuando Israel ocupó la parte este de Jerusalén, donde se encuentra la Explanada-, el recinto está reservado exclusivamente al culto de musulmanes, mientras que los judíos solo pueden entrar como visitantes.
En las últimas fechas claves del calendario judío, el ministro ultraconservador de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, ha irrumpido en la Explanada de las Mezquita junto a colonos y con la protección de la Policía israelí, para reivindicar el derecho de los judíos a orar en este lugar.
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La última ocasión fue el pasado 13 de agosto durante la festividad judía del Tisha B'av, cuando unos mil 400 judíos irrumpieron en el lugar sagrado enarbolando banderas de Israel y rezando, a pesar de tenerlo prohibido, acompañados por el ministro anti árabe.
Para los palestinos e incluso para Jordania -país que custodia el lugar desde 1967-, ese cambio que piden Gvir y otros ministros radicales es más político que religioso, un intento de judaización e israelización de todo Jerusalén, un cambio que tampoco agrada a los judíos ultraortodoxos.
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El rezo judío se practica en el Muro de las Lamentaciones -ubicado en uno de los laterales de la Explanada-, y así lo aconseja el Gran Rabinato de Israel, aunque en los últimos años algunos rabinos alineados con el movimiento del sionismo religioso han cambiado esa recomendación y abogan por el rezo donde se levantó el Segundo Templo.
