WASHINGTON. Las reacciones encontradas surgieron en el Partido Republicano tras las acusaciones infundadas de fraude electoral lanzadas por Donald Trump: varias figuras lo apoyan, pero otras condenan la “peligrosa” estrategia de desinformación del presidente estadounidense, cada vez más cerca de perder la Casa Blanca ante el demócrata Joe Biden.
Estas acusaciones han provocado grietas entre miembros del partido con muchos legisladores distanciándose del mandatario, y desencadenado la ira en su círculo más cercano, especialmente de sus hijos Eric y Don Jr.
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“El discurso del presidente anoche me molestó mucho porque hizo acusaciones muy, muy serias sin ninguna evidencia que las sustente”, dijo el senador republicano de Pensilvania Pat Toomey en CBS.
“No tengo conocimiento de ningún fraude importante”. En Twitter, el congresista de Texas Will Hurd denunció una táctica “peligrosa y equivocada” y pidió que se contaran todas las boletas.
“DEJEN de difundir desinformación sin sustento... Esto se está volviendo una locura”, tuiteó su colega Adam Kinzinger, un crítico habitual de Trump. “Contar cada voto es el corazón de la democracia. Ese proceso suele ser largo y, para los que se postulan, frustrante”, dijo Mitt Romney en una declaración desaprobatoria.
También se expresaron los más acérrimos de Trump, que se unieron en bloque para ponerse del lado de su candidato.
“Estoy para apoyar al presidente Trump como él me apoyó a mí”, dijo el senador Lindsey Graham, reelegido tras una difícil campaña en Carolina del Sur.
Su colega Ted Cruz fue más iracundo: “Puedo decirles que el presidente está enojado y yo estoy enojado, y los votantes deberían estar enojados”, dijo a Fox News.
Pero la mayoría de los funcionarios electos republicanos optaron por mantenerse al margen y no alinearse a Trump, pese a que seguirá siendo el presidente al menos hasta el 20 de enero y que podría mantener una influencia considerable en el partido incluso si pierde.
El poderoso y hábil líder del Senado, Mitch McConnell, lanzó lo que parece ser un llamado a la calma y la razón: “Cada voto legal debe ser contado.
Cualquier boleta presentada ilegalmente no debe serlo. Todos los partidos deben vigilar el proceso. Y los tribunales están para aplicar la ley y resolver disputas”. Pero no mencionó que haya habido fraude.
El senador Marco Rubio, rival de Trump en las primarias de 2016 pero que desde hace cuatro años se sumó al trumpismo, no criticó directamente al mandatario sino que prefirió recordar una serie de principios democráticos.