La jefa del Ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, anunció este sábado la suspensión temporal de la polémica propuesta de ley de extradición a China, tras las históricas protestas de la ciudadanía y el rechazo generalizado de la sociedad hongkonesa.
"Después de estudiar la cuestión en los últimos dos días, quiero anunciar que vamos a suspender temporalmente la enmienda", dijo Lam en una conferencia de prensa.
Admitió que su gobierno no había comunicado la necesidad del proyecto de ley lo suficientemente bien. "Siento un profundo pesar y lamento que las deficiencias en nuestro trabajo, y varios otros factores, hayan suscitado controversias importantes", agregó.
Sin embargo, Lam aclaró que el proyecto de ley tenía como objetivo real "evitar que Hong Kong se convirtiera en un paraíso para los criminales".
La jefa ejecutiva también defendió la actuación de la policía antidisturbios durante las multitudinarias protestas, que se saldaron con más de 80 heridos y 11 detenidos. "Llegó un momento en que se convirtieron en una revuelta", aseveró antes de acusar a algunos manifestantes de agredir al despliegue policial.
Las manifestaciones iniciaron el pasado fin de semana en protesta por la iniciativa de ley que establece que los sospechosos de delitos mayores de 20 años podrían ser extraditados a China, si las autoridades de ese país lo solicitan.
Marcha del domingo, en pie
Sin embargo, los líderes de las protestas indicaron que mantendrán la manifestación prevista el domingo pese a la paralización del proyecto de ley.
"Tenemos que decirle al gobierno que la gente de Hong Kong persistirá y mantendrá sus protestas hasta que el ejecutivo retire la ley", afirmó a la prensa Jimmy Sham, del Frente civil de Derechos Humanos.
En 1997 el Reino Unido traspasó la soberanía de esta colonia a China, con un estatuto político y económico especial.
Este territorio, un centro financiero internacional, sufrió el miércoles escenas de gran violencia cuando las fuerzas antidisturbios dispersaron con gases lacrimógenos y balas de goma a decenas de miles de manifestantes.
Tres días antes una manifestación gigantesca, de un millón de personas según los organizadores, pidió la supresión de la ley que, según sus detractores, dejaría a la población a merced del sistema judicial de China continental, opaco y bajo influencia del Partido Comunista.
Las protestas contra este proyecto de ley dieron pie en los últimos días a las peores escenas de violencia política desde 1997, cuando se produjo la devolución de Hong Kong a China.
Para Pekín, preocupado por la desaceleración de su economía debido a las tensiones comerciales con Estados Unidos, las manifestaciones en la antigua colonia era inoportunas, a pocos meses de las celebraciones en octubre de los 70 años de la fundación de la China comunista.