JERUSALÉN. Israel vive un terremoto político tras el anuncio de la Fiscalía General de que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, será imputado en tres casos de corrupción, una decisión que podría cambiar el escenario de las próximas elecciones generales del 9 de abril.
A poco más de un mes para los comicios, "todo ha cambiado para Netanyahu", remarcó el analista Anshel Pfefer, mientras el jefe de gobierno reaccionaba en una rueda de prensa en la que aseguró que todas las acusaciones son falsas y prometió que seguirá sirviendo "muchos años" como primer ministro.
Netanyahu, primer ministro desde 2009, será imputado por cohecho, fraude y abuso de la confianza en un caso de corrupción, y por los dos últimos cargos en otros dos casos, tras la decisión del fiscal general, Avijai Mandelblit, anunciada tras rumores y expectación en el país.
"Israel se divide en dos opiniones", dijo a periodistas el abogado Tomer Naor, miembro de la asociación Movimiento por un Gobierno de Calidad, que afirma que "una parte cree que no era el momento de desvelar estas acusaciones, sobre todo si no son definitivas", pero "otra considera que la población tiene derecho a conocer su existencia" antes de los comicios.
La presentación de los cargos dependerán del resultado de una audiencia, dijo el Ministerio de Justicia. Eso podría tardar meses. En esa instancia, que probablemente se de tras las elecciones, Netanyahu puede tratar de convencer al fiscal general de que no lo impute.
Con la voz cargada de indignación mientras se dirigía a la nación durante el horario estelar televisivo, Netanyahu desestimó los tres casos criminales como una "caza de brujas" para sacarlo del poder.