NUEVA DELHI. El gobierno indio anunció la revocación de la autonomía constitucional de Cachemira (norte), una decisión explosiva que busca poner bajo su tutela más directa esta región rebelde reivindicada por Pakistán.
La medida, estipulada en un decreto presidencial aprobado por los nacionalistas en el poder, fue anunciada por el ministro del Interior, Amit Shah, en el Parlamento, en medio de la protesta de la oposición.
La decisión puede provocar un levantamiento en el valle de Srinagar, de mayoría musulmana. Muchos habitantes de esta región del Himalaya son hostiles a India y están comprometidos con su autonomía, que prevalecía desde los inicios de la república federal india hace siete décadas.
De inmediato, Pakistán rechazó y condenó "fuertemente" la decisión y aseguró que hará todo lo que esté a su alcance para "contrarrestar las medidas ilegales".
Los militantes del partido Bharatiya Janata (BJP), del primer ministro Narendra Modi, y los canales de televisión nacionalistas saludaron la decisión "histórica" que marca la integración completa a la India.
Responsables políticos de Cachermira y de oposición fustigaron que se haya hecho esta reforma en la Constitución sin debate parlamentario o público.
En prevención de disturbios, las autoridades indias desplegaron en los últimos días más de 80 mil uniformados en esta zona ya altamente militarizada.
Los habitantes de Cachemira quedaron aislados ayer, todos los medios de comunicación fueron bloqueados, se prohibieron las salidas y concentraciones, se cerraron las escuelas y miles de turistas fueron evacuados de la región.
El artículo 370 de la Constitución india otorgaba un estatuto especial al estado de Jammu y Cachemira, que le daba un gran margen de maniobra en sus asuntos.
El gobierno de Modi igualmente presentó al Parlamento un proyecto de ley para dividir Jammu y Cachemira, de la que se separará la parte oriental, el Ladakh de mayoría budista.
La revocación de la autonomía de Cachemira era una promesa de campaña de los nacionalistas de Modi, recién reelecto para un segundo mandato.
Una insurrección separatista se desencadenó desde 1989 en Cachemira india y ha costado la vida a más de 70 mil personas.