QUITO. Indígenas y sindicatos de Ecuador mantuvieron una protesta y prometieron no ceder en su intento de revocar las medidas de austeridad impuestas por el presidente Lenín Moreno que han convulsionado al país por tres días.
Las manifestaciones, que se tornaron violentas, se han convertido en un desafío para Moreno y puso a la nación petrolera en un camino promercado después de años de un gobierno de izquierda.
Comunidades indígenas obstaculizaron con piedra, palos y neumáticos algunas carreteras del país, mientras la policía los instaba a dispersarse.
Los líderes indígenas llamaron a mantener la protesta, luego de que la noche del viernes los transportistas decidieron levantar la huelga tras dos días de haber paralizado al país en oposición a la eliminación de subsidios a los combustibles.
“Continuamos con la protesta en cada uno de nuestros territorios. No nos va a debilitar el alza de paro de los transportistas (...), el movimiento indígena está en movilización indefinida en todo el país”, dijo Jaime Vargas, presidente de la organización indígena Conaie
La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador anunció el "estado de excepción" en territorios ancestrales y advirtió que retendrá a miembros de las fuerzas armadas que se acerquen a sus dominios. Aseguraron que se declaran en "estado de excepción" ante la "brutalidad y la falta de conciencia de la fuerza pública para comprender el carácter popular de las demandas del paro nacional.
El mandatario ha dicho que no desistirá de su decisión de poner fin a los subsidios de diésel y gasolina extra, que han estado vigentes por décadas.