LONDRES, Inglaterra. El tenso enfrentamiento que vivieron Rusia y el Reino Unido tras el envenenamiento a los Skripal volvió a la palestra, con Londres exigiendo explicaciones a Moscú por la intoxicación de dos británicos con el mismo agente nervioso de fabricación rusa, Novichok.
En una comparecencia en la Cámara de los Comunes, el ministro del Interior británico, Sajid Javid, instó al Kremlin a dar explicaciones sobre la intoxicación de un hombre y una mujer, ocurrida el pasado sábado en Amesbury (sur de Inglaterra), y le acusó de “tratar de socavar” la seguridad internacional.
Por su parte, el gobierno ruso negó cualquier tipo de vinculación con lo sucedido, como ya hizo con el caso del exespía ruso Serguei Skripal y su hija Yulia, después de que Londres le acusara directamente de orquestar el ataque.
Las similitudes entre ambos casos son evidentes, con el uso del químico Novichok, -un agente nervioso desarrollado por la Unión Soviética en los años 70 y 80 que bloquea en minutos los mensajes de los nervios a los músculos- como principal muestra de ello.
El gobierno británico confirmó ayer sus sospechas de que los dos incidentes estén relacionados, aunque cree que la pareja británica no fue un “objetivo deliberado” sino que baraja la hipótesis de que su intoxicación se deba a una “consecuencia” del de los Skripal.
Sin embargo, Javid apuntó a que no existe “evidencia” de que los dos nuevos intoxicados visitaran ninguna de las zonas de Salisbury donde previamente estuvieron los Skripal, sino que sopesan que la pareja entró en contacto con el agente nervioso “en algún otro lugar”.
Rusia pidió a la policía británica que no se mezcle en “sucios juegos políticos iniciados por ciertas fuerzas en Londres”.