La Inteligencia Artificial (IA) está ayudando a predecir el pasado, como lo demostró la técnica que está restaurando con eficacia textos griegos del siglo V antes de Cristo.
Con el paso de los siglos, muchos textos antiguos se han vuelto ilegibles a causa de los daños que sufre el material donde están plasmados. Además, esas importantes fuentes históricas a menudo han sido desplazadas lejos de su lugar de origen, lo que complica su datación.
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Por ello, un equipo de investigadores de las universidades de Venecia, Oxford y Atenas, en conjunto con la empresa DeepMind (filial de la empresa Google) pudieron desarrollar una nueva herramienta de aprendizaje profundo.
La Inteligencia Artificial utiliza una técnica importante para este desarrollo como lo es el aprendizaje profundo y lo hace mediante una serie de algoritmos que son capaces de reproducir la estructura y también el funcionamiento del cerebro humano.
Esta novedosa herramienta tecnológica, que lleva el nombre de Ithaca, hace alusión precisamente a la isla de Ulises en la Odisea y fue puesta a punto mediante el examen de unas 80 mil inscripciones presentes en la base de datos del Instituto de Humanidades Packard. Cabe recalcar que dicha institución cuenta con la mayor colección digital de inscripciones en griego antiguo.
Esta técnica de tratamiento lingüístico automático toma en cuenta el orden en el que aparecen las palabras en la frase, o la relación entre ellas, para así poder mejorar su contextualización y entendimiento.
El programa también es capaz de tener en cuenta a la vez las palabras y los carácteres individuales, son repartidos de forma fragmentaria sobre el soporte.
Una primera experiencia, con una serie de decretos del siglo V antes de Cristo, grabados en piedra y hallados en la Acrópolis de Atenas, ha sido esperanzadora y alentadora, ya que Ithaca analizó los textos y además fue capaz de sugerir, a partir del contexto histórico que había analizado previamente, secuencias de letras para rellenar los fragmentos ausentes en las frases.
Gracias a Ithaca, los historiadores fueron capaces de predecir con hasta un 72 por ciento de acierto los textos que faltaban, según la revista Nature. Incluso, fue capaz de sugerir múltiples localizaciones en 84 regiones conectadas entre sí.
Otro dato benéfico es que la herramienta propone una fecha precisa para la redacción de los decretos: el año 421 a. C, es decir, 30 años más tarde que las fechas propuestas hasta la fecha por los historiadores.
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Thea Sommerschied, de la Universidad Ca’Foscari en Venecia, durante una rueda de prensa en línea, comentó: "Puede parecer burdo, pero es esencial para la comprensión de la Grecia clásica, en la que vivieron grandes pensadores como Pericles y Sócrates.
Además, añadió que Ithaca podría ser utilizado para cualquier otra lengua antigua, como el maya o la escritura cuneiforme de Mesopotamia. Confirmó que serían grandes avances.
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