BAGDAD. Tras una serie de amenazas y de ataques contra medios de comunicación en Irak, la ONU y activistas por la libertad de prensa instaron a las autoridades a impedir que se acalle la voz de los reporteros que cubren la ola de protestas.
Varias televisoras contaron que hombres armados y enmascarados saquearon sus locales, cortaron las transmisiones o amenazaron a sus periodistas durante la noche, a causa, dijeron los canales, de la cobertura de las manifestaciones que dejaron un centenar de muertos desde el martes.
Los medios afectados afirmaron que ignoraban quiénes los atacaron. Por su parte, los medios internacionales tomaron medidas para garantizar la seguridad de sus equipos en Irak.
Antes de estos ataques, ocurridos durante el fin de semana, se cortó la conexión a internet en Bagdad de forma progresiva, así como en el sur del país, donde también se organizaron movilizaciones. Ayer se seguía sin acceso a internet, pese a que "los iraquíes necesitan más que nunca hacer oír su voz", según denunció la oenegé especializada en ciberseguridad NetBlocks.
El sábado por la noche, las cadenas iraquíes en lengua árabe NRT TV y Al Dijla (ambas de gestión privada), así como la televisión saudita Al Arabiya, anunciaron en sendos comunicados que sus locales en Bagdad habían sido atacados.
"INTIMIDACIÓN"
NRT TV, con sede en el Kurdistán iraquí (norte) contó que "hombres armados" destruyeron "la mayoría de sus equipos, interrumpiendo temporalmente la difusión".
"Los teléfonos celulares de algunos empleados fueron confiscados", agregaba el texto, que precisaba que los asaltantes llegaron a bordo de unos imponentes vehículos, y que también atacaron a los policías que patrullaban el barrio.
Por su parte, Al Arabiya difundió imágenes tomadas por cámaras de vigilancia. En ellas, se ve a una decena de hombres, con cascos y vestidos con chalecos antibalas, entrando en sus oficinas de Bagdad, tirando las pantallas de los ordenadores al suelo y registrando los cajones.
El jefe del Observatorio de la Libertad de Prensa iraquí, Ziad Al Ajili, explicó que había detectado, por primera vez, un intento de "aterrorizar" a la prensa.