BAGDAD. El gobierno iraquí declaró que se veía obligado a "revisar sus relaciones" con Estados Unidos después de los bombardeos llevados a cabo por Washington contra una facción proiraní que causaron 25 muertos.
Estos ataques "violan la soberanía de Irak" y "contravienen las reglas de compromiso de la coalición" internacional liderada por Estados Unidos presente en Irak para luchar contra los yihadistas, declaró el gobierno saliente reunido en un consejo de seguridad reducido.
Estos "obligan a Irak a revisar sus relaciones y su marco de trabajo en los ámbitos de seguridad, político y legal para proteger su soberanía", añadió.
Washington afirmó que el domingo por la noche alcanzó varias bases de las brigadas del Hezbolá -una facción proIrán del Hashd al Shaabi, coalición de paramilitares formada para luchar contra los yihadistas- con el objetivo de dar fin a una serie de ataques con misiles contra sus soldados y sus diplomáticos en estos dos últimos meses.
Pero "la protección de Irak, de sus bases militares, de las fuerzas que están ahí presentes y de las cancillerías es responsabilidad exclusiva de las fuerzas de seguridad iraquíes", responde el comunicado del gabinete. En Irak, atrapado entre sus aliados de EU e Irán desde la caída del dictador Sadam Husein en 2003, los diputados piden, en vano, denunciar el acuerdo de cooperación militar con EU.
Pero los ataques del domingo por la noche suscitaron una indignación inédita, que por un momento parece haber eclipsado la revuelta popular que sacude al país desde principios de octubre contra el poder en Bagdad y su aliado iraní.