Irán anunció este lunes que no va a compartir más pruebas con el equipo ucraniano que investigaba el derribo de un avión de ese país el mes pasado que causó 176 muertos cerca de Teherán, después de que se filtrara una grabación.
El director general de la investigación de accidentes de la Organización de la Aviación Civil de Irán, Hasan Rezaifar, explicó que el equipo de expertos ucranianos ha abandonado el país.
"Esta medida de los ucranianos provocó que no les otorguemos ya ningún otro documento", subrayó Rezaífar, aludiendo a la publicación de una grabación de una conversación de un piloto con los controladores aéreos iraníes en el momento del derribo.
Esa conversación, en la que el piloto avisa de que cree que un misil ha impactado contra un avión, desmonta la versión iraní de que en un principio la Organización de la Aviación Civil no sabía que el avión de la aerolínea Ukraine International (UAI) fue derribado.
El presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, denunció hoy que Teherán sabía desde el principio qué provocó la caída del avión: "Lo sabían desde el mismo momento en que el avión fue derribado", añadió.
"Es una grabación de la torre de control de Teherán con un avión iraní que se preparaba para aterrizar (...). Él (piloto) lo vio todo y lo dijo a la torre de control. Él dice 'parece que lanzaron un misil', en farsi y en inglés", comentó el mandatario.
Rezaífar criticó que la filtración de este audio es "un acto raro" ya que se trataba de un archivo confidencial, parte del "conjunto de los documentos que se había facilitado a los expertos ucranianos".
A Irán también se desplazaron en su momento expertos canadienses y franceses pero, según el responsable iraní, ninguno de ellos está ya presente en el país.
Este desencuentro no es el primero que tienen Teherán y Kiev, ya que Irán no ha querido entregar las cajas negras al segundo y ha insistido en descifrarlas en su país.
Además, Kiev considera insuficiente la compensación de 80.000 dólares propuesta por Irán a cada uno de los familiares de los 176 fallecidos, entre los que hay once ucranianos (dos pasajeros y nueve tripulantes).
Después del siniestro del vuelo PS752, que cubría la ruta Teherán-Kiev, las autoridades iraníes negaron que se tratase de un derribo hasta que tres días más tarde las Fuerzas Armadas reconocieron que abatieron por error el avión al confundirlo con un misil de crucero.