/ viernes 14 de febrero de 2020

James Poniewozik, del reality show a la sala oval

El crítico de televisión de The New York Times analiza la forma en que Donald Trump utilizó a los medios para convertirse en el hombre más poderoso de Estados Unidos

“Estás despedido”, la frase corta y contundente se convirtió en el sello del personaje que Donald Trump jugaba a interpretar en el reality show El Aprendiz de NBC de Estados Unidos y que en México vimos a través de People + Arts, en el que convocaba a un grupo de jóvenes que con astucia, intuición y un poco de talento luchaban por ganar 250 mil dólares y un contrato para dirigir una de sus empresas.

Durante 13 años y 14 temporadas, la imagen de un Trump triunfador, sin pelos en la lengua y tomando siempre el control total de la situación se difundió en primetime y allanó el camino para que el empresario millonario ocupara un lugar que ni él mismo, en ese entonces, imaginaba: la presidencia de Estados Unidos.

Sus gritos, frases polémicas, sus enfrentamientos cara a cara, incluso sus humillaciones y su rostro enrojecido por el enojo, siguieron pasando por la televisión, pero ahora como parte de una campaña para obtener el trabajo de su vida.

James Poniewozik crítico de televisión del New York Times fue testigo, prácticamente en primera fila, de cómo el hombre pasó de un día para otro, de ser estrella de un programa de telerrealidad, a candidato a la presidencia y contra todo pronóstico, ganar.

El análisis detallado de esta transformación es materia principal de estudio de su libro AudienceofOne, en donde desmenuza de manera paralela la historia de Trump y de la televisión estadounidense, su evolución, su mágico encuentro y cómo se convirtió en su mejor aliada para llegar a la Casa Blanca.

“Era una especie de confluencia de una gran cantidad de cosas a las que yo les había dado seguimiento por años, que implica el aumento del poder de la televisión y los medios de comunicación en la política, la intersección de la política y la cultura pop y la forma como ésta a menudo modela las expectativas del lenguaje político de las personas y la elección de Donald Trump simplemente puso eso en relieve”, comenta en entrevista telefónica Poniewozik.

Dedicado por más de 20 años al estudio y crítica de la televisión, el especialista señala que “si no hubiera creído que la televisión era la fuerza más poderosa en la política estadounidense, creo que la elección del anfitrión de El Aprendiz como presidente, era una prueba positiva de ello”.

Fue así que se dio a la tarea de explicar porqué se dio este inesperado resultado electoral.

“¿Por qué este tipo, una estrella de la televisión, fue capaz de aprovechar este momento y salir de la nada para ganar una elección? Quería escribir la historia no sólo de esa elección, sino de cómo los medios de comunicación de Estados Unidos han cambiado a lo largo de varias décadas a tal punto que un hombre que domina el lenguaje de la televisión, podría utilizarla como una herramienta para multiplicar las fuerzas, convertirse en una figura política y ser elegido”.

NO HAY NADA NUEVO

En el libro, Poniewozik califica a Trump como una especie de antihéroe y da sus razones de por qué tanto en la vida real como en las historias que vemos en la televisión son personajes atractivos, pero antes que nada, aclara que todo esto no es nuevo.

“No es un modelo que acaba de empezar con Donald Trump. En la política hay una noción de que en un mundo peligroso los chicos buenos terminan en último lugar y necesitan a alguien que es duro, crudo, tal vez alguien que no sea sujeto de admiración, pero que tiene los medios para hacer el trabajo, eso es algo con lo que los políticos han jugado por muchos años”, argumenta.

El especialista puso como ejemplo a Ronald Regan, quien en su campaña para la presidencia utilizó la frase “Anda, haz mi día” de Harry el Sucio, una de las películas de Clint Eastwood.

Foto: Reuters

“Harry el Sucio era una especie de antihéroe de ese tiempo, algo con lo que los políticos coquetearon, pero creo que Donald Trump tomó esto como algo explícito dentro de su campaña por la presidencia, utilizó la idea de que el mundo es duro y feo y la gente está llegando a destruir o matar, entonces necesitas un tipo duro para defenderte, ese es uno de los elementos de su atractivo”.

James Poniewozik explica que tanto en la televisión como en la vida real las figuras de antihéroe, tipos como Tony Soprano, personaje central de la serie Los Soprano, apelan a las personas y se venden como aquellos que se dan el permiso de decir cosas que otros políticos no, venden una imagen de sí mismos como mal-educados o intolerantes, lo que también puede ser una herramienta poderosa para cierto tipo de político demagógico.

“Hay maneras en que la televisión influye directamente en una elección presidencial, como por ejemplo la cobertura de noticias, pero hay otras formas, al igual que la cultura popular, que afecta indirectamente y esa es una de las razones por las que la gente se inclina por personajes como Tony Soprano o Walter White ( de BreakingBad), son los chicos malos carismáticos que al público le gusta apoyar, eso crea un modelo y una estructura que le permite a un político hacer algo que no podía hacer décadas atrás con eficacia, que es tipificarse a sí mismo no como el chico bueno, el tío amable que Estados Unidos quiere ver en su sala de estar noche tras noche, sino como una especie de personaje rudo y violento que haga el trabajo duro que tiene que hacer”.

SU PRESIDENCIA, UN PROGRAMA DE TELEVISIÓN

¿Qué opinas del segundo término de Donald Trump? ¿Va a ser inevitable?

Cuando se habla de segundo término, hay elementos culturales y políticos. Y cuando de trata de política, yo no diría que su reelección es inevitable, pero sí es algo bastante probable sólo por la aburrida razón de que en las últimas elecciones así ha sucedido. Barack Obama, George W. Bush, Bill Clinton, todos han sido reelegidos, así que tiene eso de su lado.

Pero James Poniewozik advierte que algunas cosas que Trump utilizó en la elección original le van a volver a funcionar, como su capacidad para crear indignación contra los medios de comunicación, hacer una especie de carrera contra ellos e incitar a sus seguidores.

“También tiene la necesidad de convertirse en una especie de centro de cada historia mediante la creación de controversia, y por tanto, conseguir la atención positiva o negativa, convertirse en el centro de atención”.

Pero hay otros aspectos que lo beneficiaron en 2016, como el hecho de ser un fenómeno mediático, que ahora no puede replicar porque la gente sabe que él puede ganar la elección.

“En muchos aspectos su presidencia se convirtió en un programa de televisión en el sentido de que se basa constantemente en llamar la atención de los medios de comunicación, superándose a sí mismo y proporcionando algún tipo de nueva controversia para meterse en las noticias. Lo que pasa con programas de televisión controversiales de larga duración es que pueden funcionar durante mucho tiempo, pero a menudo sus audiencias se cansan y quieren algo nuevo.

“Por lo tanto, yo no diría que es inevitable, diría que las cosas que provocaron su elección en 2016 le dan algunos puntos fuertes de gran alcance en la próxima elección”.

LA IMPORTANCIA QUE NO SE MERECÍA

¿Los medios podrían haber hecho algo diferente en la elección de 2016?

Un error que los medios de comunicación podrían haber evitado es haber cubierto a Donald Trump como alguien que tenía la oportunidad de convertirse en presidente. Creo que muy a menudo, sobre todo cuando se trataba de la elección general entre él y Hillary Clinton, él fue visto como una figura de novedad y ella se encontraba en una especie de tela de juicio y se le examinó como la potencial presidenta de Estados Unidos.

Ahora los medios tienen que tomar en serio a Donald Trump como presidente, porque realmente lo es. También deben saber distinguir entre las historias que son importantes y las que son impactantes. Ya se han alejado de hacer coberturas de sus actos de campaña de principio a fin, sólo Fox News hace eso ahora. En la elección de 2016, CNN mostraba su podio vacío antes de iniciar un discurso, porque la gente estaba muy interesada en la elección y había muchas posibilidades de que dijera algo indignante, el podio vacío era considerado noticia.

Ya han mejorado eso, pero los medios todavía tienden a perseguir cada declaración impactante que haga Donald Trump, porque es fácil de cubrir, la gente va a hablar de ello, la gente se escandaliza, eso es una forma barata de llenar tiempo al aire, yo creo que si vas a ver la televisión por cable es porque se está buscando algo en particular. Han mejorado esas coberturas, pero podrían aprender más.

REFORZANDO IDEAS A TRAVÉS DE LA TV

En AudienceofOne, Poniewozik también aborda el tema de cómo a través de historias ficticias desarrolladas en las series de televisión se acentúan ciertos temas dentro de la sociedad, como un futuro distópico o el fin del mundo, temas que finalmente, impactan en la reflexión y el reforzamiento de ciertas ideas políticas.

“Las personas están horrorizadas con la idea del apocalipsis o de que una dictadura tome el mando, así como sucede en El Cuento de la Criada (TheHandmaid's Tale), se han sentido muy atraídos, especialmente en los últimos 10 años a estas historias distópicas”.

Durante la Guerra Fría, refiere el autor, la gente se preocupaba por las armas nucleares, entonces las películas de monstruos se volvieron muy famosas, al igual que las de invasión extraterrestre, esa fue una manera metafórica de hacer frente a esta noción de que alguna fuerza científica masiva podría destruir el mundo de un día para otro.

“Ahora, en una época que hemos visto el colapso financiero, la propagación del terrorismo en el mundo y una creciente preocupación por las pandemias y el miedo al cambio climático, haciendo que se valore el inhabitable mundo, se vuelve a tratar de una manera metafórica con historias sobre el colapso de las instituciones, el fin de la democracia, como se ve en El Cuento de la Criada o el apocalipsis zombie en The Walking Dead”.

Esta serie, explica el crítico, que es particularmente popular en los estados conservadores de Estados Unidos, en lo que llaman las partes rojas del país, es un espectáculo muy entretenido sobre monstruos, un espectáculo de un pequeño grupo bajo ataque y tienes que unirte con tu tribu de sobrevivientes, las personas que son como tú están en contra de otras personas ajenas al círculo y de rebosantes masas de personas que están buscando invadirlos.

“Eso es una metáfora común en la política conservadora de Estados Unidos, que llevan a pensamientos como: ‘estamos siendo invadidos, están llegando desde el otro lado de la frontera, los liberales están socavando nuestra sociedad y tratan de destruir nuestros valores’. Es el sentido de estar bajo ataque”.

Poniewozik considera que estos temas se han repetido una y otra vez en los medios conservadores, aunque esto no es nuevo en la cultura estadounidense o en el pensamiento conservador.

Foto: AFP

“Por los años cincuenta y sesenta, en la era del Macartismo, el historiador Richard Hofstadter escribió un ensayo titulado El estilo paranoico de la política americana y en él habla de cómo en especial los movimientos conservadores en los Estados Unidos estaban preocupados con esta noción de que estaban en estado de sitio y sus valores tradicionales estaban a punto de ser sobrecogidos”.

Ahora, señala, tenemos más medios de amplificación y de eso hablo en mi libro, de cómo a través de las últimas décadas hemos pasado de tener unas pocas redes de difusión de televisión, a tener todos estos canales por cable y accesos a internet.

“Hay un canal como Fox News cuyos comentaristas envían este tipo de mensajes: ‘estás en estado de sitio, tienes enemigos a tu alrededor, las élites te miran con desdén, la gente viene a tomar tus puestos de trabajo’, esto se ha escucha una y otra vez, día tras día durante dos décadas y crea un público para el que se convierte en lo más importante y aterrador. Así se forma un modelo para hablar de política y para volver a Donald Trump, que fue un comentarista de Fox News muchos años antes de postularse como presidente, es alguien que habla el lenguaje de la política y puede llegar a esa audiencia”.

James Poniewozik, licenciado en inglés por la Universidad de Michigan se presentará el martes 18 de febrero a las 13:00 en la Unidad de Posgrado de la UNAM, como parte de la Cátedra Madero.

“Estás despedido”, la frase corta y contundente se convirtió en el sello del personaje que Donald Trump jugaba a interpretar en el reality show El Aprendiz de NBC de Estados Unidos y que en México vimos a través de People + Arts, en el que convocaba a un grupo de jóvenes que con astucia, intuición y un poco de talento luchaban por ganar 250 mil dólares y un contrato para dirigir una de sus empresas.

Durante 13 años y 14 temporadas, la imagen de un Trump triunfador, sin pelos en la lengua y tomando siempre el control total de la situación se difundió en primetime y allanó el camino para que el empresario millonario ocupara un lugar que ni él mismo, en ese entonces, imaginaba: la presidencia de Estados Unidos.

Sus gritos, frases polémicas, sus enfrentamientos cara a cara, incluso sus humillaciones y su rostro enrojecido por el enojo, siguieron pasando por la televisión, pero ahora como parte de una campaña para obtener el trabajo de su vida.

James Poniewozik crítico de televisión del New York Times fue testigo, prácticamente en primera fila, de cómo el hombre pasó de un día para otro, de ser estrella de un programa de telerrealidad, a candidato a la presidencia y contra todo pronóstico, ganar.

El análisis detallado de esta transformación es materia principal de estudio de su libro AudienceofOne, en donde desmenuza de manera paralela la historia de Trump y de la televisión estadounidense, su evolución, su mágico encuentro y cómo se convirtió en su mejor aliada para llegar a la Casa Blanca.

“Era una especie de confluencia de una gran cantidad de cosas a las que yo les había dado seguimiento por años, que implica el aumento del poder de la televisión y los medios de comunicación en la política, la intersección de la política y la cultura pop y la forma como ésta a menudo modela las expectativas del lenguaje político de las personas y la elección de Donald Trump simplemente puso eso en relieve”, comenta en entrevista telefónica Poniewozik.

Dedicado por más de 20 años al estudio y crítica de la televisión, el especialista señala que “si no hubiera creído que la televisión era la fuerza más poderosa en la política estadounidense, creo que la elección del anfitrión de El Aprendiz como presidente, era una prueba positiva de ello”.

Fue así que se dio a la tarea de explicar porqué se dio este inesperado resultado electoral.

“¿Por qué este tipo, una estrella de la televisión, fue capaz de aprovechar este momento y salir de la nada para ganar una elección? Quería escribir la historia no sólo de esa elección, sino de cómo los medios de comunicación de Estados Unidos han cambiado a lo largo de varias décadas a tal punto que un hombre que domina el lenguaje de la televisión, podría utilizarla como una herramienta para multiplicar las fuerzas, convertirse en una figura política y ser elegido”.

NO HAY NADA NUEVO

En el libro, Poniewozik califica a Trump como una especie de antihéroe y da sus razones de por qué tanto en la vida real como en las historias que vemos en la televisión son personajes atractivos, pero antes que nada, aclara que todo esto no es nuevo.

“No es un modelo que acaba de empezar con Donald Trump. En la política hay una noción de que en un mundo peligroso los chicos buenos terminan en último lugar y necesitan a alguien que es duro, crudo, tal vez alguien que no sea sujeto de admiración, pero que tiene los medios para hacer el trabajo, eso es algo con lo que los políticos han jugado por muchos años”, argumenta.

El especialista puso como ejemplo a Ronald Regan, quien en su campaña para la presidencia utilizó la frase “Anda, haz mi día” de Harry el Sucio, una de las películas de Clint Eastwood.

Foto: Reuters

“Harry el Sucio era una especie de antihéroe de ese tiempo, algo con lo que los políticos coquetearon, pero creo que Donald Trump tomó esto como algo explícito dentro de su campaña por la presidencia, utilizó la idea de que el mundo es duro y feo y la gente está llegando a destruir o matar, entonces necesitas un tipo duro para defenderte, ese es uno de los elementos de su atractivo”.

James Poniewozik explica que tanto en la televisión como en la vida real las figuras de antihéroe, tipos como Tony Soprano, personaje central de la serie Los Soprano, apelan a las personas y se venden como aquellos que se dan el permiso de decir cosas que otros políticos no, venden una imagen de sí mismos como mal-educados o intolerantes, lo que también puede ser una herramienta poderosa para cierto tipo de político demagógico.

“Hay maneras en que la televisión influye directamente en una elección presidencial, como por ejemplo la cobertura de noticias, pero hay otras formas, al igual que la cultura popular, que afecta indirectamente y esa es una de las razones por las que la gente se inclina por personajes como Tony Soprano o Walter White ( de BreakingBad), son los chicos malos carismáticos que al público le gusta apoyar, eso crea un modelo y una estructura que le permite a un político hacer algo que no podía hacer décadas atrás con eficacia, que es tipificarse a sí mismo no como el chico bueno, el tío amable que Estados Unidos quiere ver en su sala de estar noche tras noche, sino como una especie de personaje rudo y violento que haga el trabajo duro que tiene que hacer”.

SU PRESIDENCIA, UN PROGRAMA DE TELEVISIÓN

¿Qué opinas del segundo término de Donald Trump? ¿Va a ser inevitable?

Cuando se habla de segundo término, hay elementos culturales y políticos. Y cuando de trata de política, yo no diría que su reelección es inevitable, pero sí es algo bastante probable sólo por la aburrida razón de que en las últimas elecciones así ha sucedido. Barack Obama, George W. Bush, Bill Clinton, todos han sido reelegidos, así que tiene eso de su lado.

Pero James Poniewozik advierte que algunas cosas que Trump utilizó en la elección original le van a volver a funcionar, como su capacidad para crear indignación contra los medios de comunicación, hacer una especie de carrera contra ellos e incitar a sus seguidores.

“También tiene la necesidad de convertirse en una especie de centro de cada historia mediante la creación de controversia, y por tanto, conseguir la atención positiva o negativa, convertirse en el centro de atención”.

Pero hay otros aspectos que lo beneficiaron en 2016, como el hecho de ser un fenómeno mediático, que ahora no puede replicar porque la gente sabe que él puede ganar la elección.

“En muchos aspectos su presidencia se convirtió en un programa de televisión en el sentido de que se basa constantemente en llamar la atención de los medios de comunicación, superándose a sí mismo y proporcionando algún tipo de nueva controversia para meterse en las noticias. Lo que pasa con programas de televisión controversiales de larga duración es que pueden funcionar durante mucho tiempo, pero a menudo sus audiencias se cansan y quieren algo nuevo.

“Por lo tanto, yo no diría que es inevitable, diría que las cosas que provocaron su elección en 2016 le dan algunos puntos fuertes de gran alcance en la próxima elección”.

LA IMPORTANCIA QUE NO SE MERECÍA

¿Los medios podrían haber hecho algo diferente en la elección de 2016?

Un error que los medios de comunicación podrían haber evitado es haber cubierto a Donald Trump como alguien que tenía la oportunidad de convertirse en presidente. Creo que muy a menudo, sobre todo cuando se trataba de la elección general entre él y Hillary Clinton, él fue visto como una figura de novedad y ella se encontraba en una especie de tela de juicio y se le examinó como la potencial presidenta de Estados Unidos.

Ahora los medios tienen que tomar en serio a Donald Trump como presidente, porque realmente lo es. También deben saber distinguir entre las historias que son importantes y las que son impactantes. Ya se han alejado de hacer coberturas de sus actos de campaña de principio a fin, sólo Fox News hace eso ahora. En la elección de 2016, CNN mostraba su podio vacío antes de iniciar un discurso, porque la gente estaba muy interesada en la elección y había muchas posibilidades de que dijera algo indignante, el podio vacío era considerado noticia.

Ya han mejorado eso, pero los medios todavía tienden a perseguir cada declaración impactante que haga Donald Trump, porque es fácil de cubrir, la gente va a hablar de ello, la gente se escandaliza, eso es una forma barata de llenar tiempo al aire, yo creo que si vas a ver la televisión por cable es porque se está buscando algo en particular. Han mejorado esas coberturas, pero podrían aprender más.

REFORZANDO IDEAS A TRAVÉS DE LA TV

En AudienceofOne, Poniewozik también aborda el tema de cómo a través de historias ficticias desarrolladas en las series de televisión se acentúan ciertos temas dentro de la sociedad, como un futuro distópico o el fin del mundo, temas que finalmente, impactan en la reflexión y el reforzamiento de ciertas ideas políticas.

“Las personas están horrorizadas con la idea del apocalipsis o de que una dictadura tome el mando, así como sucede en El Cuento de la Criada (TheHandmaid's Tale), se han sentido muy atraídos, especialmente en los últimos 10 años a estas historias distópicas”.

Durante la Guerra Fría, refiere el autor, la gente se preocupaba por las armas nucleares, entonces las películas de monstruos se volvieron muy famosas, al igual que las de invasión extraterrestre, esa fue una manera metafórica de hacer frente a esta noción de que alguna fuerza científica masiva podría destruir el mundo de un día para otro.

“Ahora, en una época que hemos visto el colapso financiero, la propagación del terrorismo en el mundo y una creciente preocupación por las pandemias y el miedo al cambio climático, haciendo que se valore el inhabitable mundo, se vuelve a tratar de una manera metafórica con historias sobre el colapso de las instituciones, el fin de la democracia, como se ve en El Cuento de la Criada o el apocalipsis zombie en The Walking Dead”.

Esta serie, explica el crítico, que es particularmente popular en los estados conservadores de Estados Unidos, en lo que llaman las partes rojas del país, es un espectáculo muy entretenido sobre monstruos, un espectáculo de un pequeño grupo bajo ataque y tienes que unirte con tu tribu de sobrevivientes, las personas que son como tú están en contra de otras personas ajenas al círculo y de rebosantes masas de personas que están buscando invadirlos.

“Eso es una metáfora común en la política conservadora de Estados Unidos, que llevan a pensamientos como: ‘estamos siendo invadidos, están llegando desde el otro lado de la frontera, los liberales están socavando nuestra sociedad y tratan de destruir nuestros valores’. Es el sentido de estar bajo ataque”.

Poniewozik considera que estos temas se han repetido una y otra vez en los medios conservadores, aunque esto no es nuevo en la cultura estadounidense o en el pensamiento conservador.

Foto: AFP

“Por los años cincuenta y sesenta, en la era del Macartismo, el historiador Richard Hofstadter escribió un ensayo titulado El estilo paranoico de la política americana y en él habla de cómo en especial los movimientos conservadores en los Estados Unidos estaban preocupados con esta noción de que estaban en estado de sitio y sus valores tradicionales estaban a punto de ser sobrecogidos”.

Ahora, señala, tenemos más medios de amplificación y de eso hablo en mi libro, de cómo a través de las últimas décadas hemos pasado de tener unas pocas redes de difusión de televisión, a tener todos estos canales por cable y accesos a internet.

“Hay un canal como Fox News cuyos comentaristas envían este tipo de mensajes: ‘estás en estado de sitio, tienes enemigos a tu alrededor, las élites te miran con desdén, la gente viene a tomar tus puestos de trabajo’, esto se ha escucha una y otra vez, día tras día durante dos décadas y crea un público para el que se convierte en lo más importante y aterrador. Así se forma un modelo para hablar de política y para volver a Donald Trump, que fue un comentarista de Fox News muchos años antes de postularse como presidente, es alguien que habla el lenguaje de la política y puede llegar a esa audiencia”.

James Poniewozik, licenciado en inglés por la Universidad de Michigan se presentará el martes 18 de febrero a las 13:00 en la Unidad de Posgrado de la UNAM, como parte de la Cátedra Madero.

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