PARÍS. Gran Bretaña corre el riesgo de sumergirse aun más en el infierno político en el que cayó como consecuencia del Brexit, pues Boris Johnson —principal favorito para suceder a la primera ministra Theresa May— radicalizó sus posiciones tras haber sido convocado por la justicia a declarar por haber mentido deliberadamente durante la campaña del referéndum en 2016.
Johnson reaccionó en forma inmediata, presentándose como “víctima” de una campaña destinada a eliminarlo de la batalla por el liderazgo del Partido Conservador: “Es una acción motivada políticamente para revertir el Brexit”, declaró al comentar la decisión “extraordinaria” de la jueza Margot Coleman de enviarlo a un tribunal penal para responder a una causa privada.
En sus alegaciones al tribunal, los abogados de Johnson argumentaron que “ninguno de los actos [reprochados] se produjo en el curso de las obligaciones directas parlamentarias o como alcalde (de Londres), sino durante la campaña política”.
La demanda fue presentada por el empresario británico Marcus Ball, de 29 años, argumentando que Johnson, diputado en esa época, actuó en forma "irresponsable y deshonesta" durante la campaña del referéndum. En la gira que realizó a través del país en autobús rojo para promover “Vote Leave”, su principal argumento era que Gran Bretaña pagaba a la UE 350 millones de libras por semana (unos 440 millones de dólares).
“La salida de la UE permitirá ahorrar esa fortuna para consagrarla a mejorar el sistema de salud”, aseguraba. Johnson persistió en utilizar ese argumento, a pesar de que fue reiteradamente rebatido por las propias instituciones británicas. Al término de esa campaña, la propuesta de Johnson de abandonar la UE fue respaldada por los británicos con 52% de los votos.
La acción judicial fue financiada a través de un "crowdfunding" popular que recaudó más de 200 mil libras. La denuncia no es un "acto político" ni un intento de retrasar o cancelar el Brexit, sino que la cuestión de fondo es "la conducta de quienes desempeñan cargos públicos", explicó el representante de Marcus Ball.
La intervención de la justicia provocó el efecto de una bomba en la campaña por el liderazgo “tory”, en la que Johnson se perfilaba como principal favorito con una diferencia de 27 puntos sobre sus principales rivales: el actual canciller Jeremy Hunt; el ministro de Medio Ambiente, Michael Gove; el responsable de Interior, Sajid Javid, y el exresponsable de las negociaciones del Brexit, Dominic Raab.
El anuncio del juicio amenaza igualmente con radicalizar aun más el proceso del Brexit, fijado para el 31 de octubre. Johnson, líder del ala “tory” más dura, declaró que, si llega al poder, habrá Brexit “con o sin acuerdo”. “La mejor manera de alcanzar un buen acuerdo es prepararse para un no acuerdo”, declaró desde Suiza.