La excandidata presidencial Keiko Fujimori abandonó el lunes una prisión de Perú y afrontará bajo libertad restringida una investigación por lavado de activos y presunta recepción de dinero de la brasileña Odebrecht, tras permanecer encarcelada desde fines de enero.
Imágenes de la televisión local mostraron a la hija del expresidente Alberto Fujimori, con mascarilla y guantes, alzando la mano izquierda en señal de saludo al dejar un penal de Lima, antes de abordar un taxi rumbo a su vivienda en la ciudad.
En la entrada del edificio en el distrito de Surco donde vive, la esperaban al menos dos personas con trajes sanitarios y mascarillas, como los que hacen pruebas de coronavirus.
"Lo primero que voy a hacer después de salir y llegar a mi casa es realizarme una prueba molecular, con el objeto de no poner en riesgo a mi familia. Hemos decidido que mientras no tengamos el resultado de esa prueba, no voy a poder reunirme con mis hijas", había dicho antes Fujimori, de 44 años, por Twitter.
Fujimori, quien postuló dos veces a la presidencia del país, en el 2011 y el 2016, tiene dos hijas y está casada con el ciudadano estadounidense Mark Vito Villanella.
Los fiscales que investigan a Fujimori buscan probar si recibió de forma irregular 1,2 millones de dólares de la constructora Odebrecht para su campaña presidencial del 2011.
La hija del exmandatario Fujimori había vuelto a prisión a fines de enero tras pasar casi 13 meses en la cárcel, desde octubre del 2018 hasta noviembre del 2019, a pedido de un fiscal que la acusó de obstruir las investigaciones.
El caso de Odebrecht ha involucrado a los últimos cuatro expresidentes en Perú. Pedro Pablo Kuczynski tuvo que renunciar y el exmandatario Alan García se suicidó para evitar su captura.
Asimismo, Ollanta Humala está esperando un juicio con libertad restringida acusado de recibir financiamiento electoral de Odebrecht y Alejandro Toledo está con arresto domiciliario en Estados Unidos a la espera de extradición.
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