Seúl.- El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, expresó su deseo de celebrar una tercera cumbre con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, instando a Washington a llegar a un acuerdo "justo y mutuamente aceptable", informaron este sábado medios estatales.
"Si Estados Unidos propone celebrar una tercera cumbre con Corea del Norte con una actitud y método correctos, tenemos ganas de hacerlo una vez más", afirmó Kim durante un discurso pronunciado el viernes en el segundo día de la sesión inaugural de la XIV Asamblea Popular Suprema y recogido hoy por la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte (KCNA).
Kim también dijo que sus relaciones con Trump siguen siendo excelentes y que esperará hasta el final del año para que Estados Unidos tome una decisión valiente, citó KCNA de acuerdo con un despacho de la agencia surcoreana Yonhap.
"No dudaré en firmar un acuerdo sólo si está escrito de manera que satisfaga los intereses de la República Popular Democrática de Corea (RPDC, nombre oficial de Corea del Norte) y de Estados Unidos, que sea justo y mutuamente aceptable, y eso dependerá de la actitud y los cálculos con los que asista Estados Unidos", señaló.
Kim dijo que Corea del Norte no se apegará a las cumbres con los Estados Unidos para aliviar las sanciones, pero esperará con paciencia hasta el final del año para una valiente decisión de los Estados Unidos, estableciendo una fecha límite efectiva para un cambio en las demandas de Washington.
El comentario significa que Corea del Norte no puede aceptar la llamada propuesta de "gran acuerdo" de Washington que exige el desmantelamiento de todos sus programas nucleares, de misiles y otras armas antes de que se otorgue a Pyongyang cualquier recompensa, como el alivio de las sanciones.
Kim y Trump se reunieron por primera vez en junio pasado en Singapur y acordaron completar la desnuclearización de la Península Coreana a cambio de las garantías de seguridad de Washington. Sin embargo, las conversaciones de desnuclearización se han estancado desde el colapso de su segunda cumbre en Hanoi, capital de Vietnam, a fines de febrero.
La cumbre de Hanoi fracasó porque no pudieron encontrar un terreno común sobre cómo hacer coincidir los pasos de desnuclearización de Pyongyang con el alivio de las sanciones de Washington.
Pyongyang quería un importante alivio de las sanciones a cambio de desmantelar sus instalaciones nucleares en Yongbyon, pero Washington insistió en lo que los funcionarios describieron como "un gran acuerdo" en virtud del cual las sanciones se cambiarían por el desmantelamiento de todos los programas de armas nucleares y nucleares de Corea del Norte.
El líde norcoreano dijo que la cumbre generó "fuertes dudas" sobre si los pasos que tomó fueron correctos y si Estados Unidos tiene una verdadera intención de mejorar las relaciones bilaterales con Corea del Norte.
"Los Estados Unidos llegaron al lugar de la negociación centrándose solo en métodos que nunca se pueden realizar", indicó Kim. "No estaba listo para sentarse cara a cara y resolver problemas. Tampoco tenía instrucciones o métodos inteligentes".
"Consideramos que es importante resolver los problemas a través del diálogo y las negociaciones, pero no nos gusta y no nos interesa el modo de hablar de los Estados Unidos (...) No nos complace ni tenemos deseos de ver otra cumbre de Hanoi", puntualizó.
A pesar de las negociaciones estancadas, Kim dijo que sus relaciones con Trump siguen siendo excelentes.
"Como el presidente Trump ha mencionado repetidamente, las relaciones personales entre el presidente Trump y yo no son tan hostiles como las relaciones entre los dos países, y aún mantenemos excelentes relaciones y podemos intercambiar cartas cuando nos gustaría", dijo Kim.
El discurso de Kim se produjo un día después de que Trump dijera durante su encuentro con el presidente surcoreano, Moon Jae-in, que está abierto a una tercera cumbre con el líder norcoreano.