El líder norcoreano, Kim Jong-un, ha mantenido una reunión con el ministro de Defensa ruso, Seguéi Shoigú, en Pionyang para tratar temas de "interés mutuo" sobre seguridad regional y global, según informó hoy la agencia estatal del país asiático, KCNA.
"Las dos partes intercambiaron opiniones y evaluaciones sobre temas de interés mutuo en los terrenos de la seguridad y la defensa nacional y el entorno de seguridad regional e internacional, al tiempo que se repasó la historia de profunda amistad entre la República Popular Democrática de Corea (nombre oficial de Corea del Norte) y Rusia", explica la breve información de KCNA.
Kim se reunió el miércoles con la delegación que encabeza Shoigú, que ha sido invitada, junto a una comitiva china, a los festejos del 70 aniversario del fin de la Guerra de Corea (1950-53), para los que se espera que Pionyang acoja un gran desfile militar en el que el régimen norcoreano exhibirá sus últimos avances armamentísticos.
KCNA no reveló muchos más detalles de la reunión, en la que se cree que Kim y Shoigú pudieron hablar del creciente enconamiento entre bloques formados por autarquías como Rusia, China o Corea del Norte y democracias como Estados Unidos, la Union Europea (UE) y actores regionales como Corea del Sur, Japón o Australia, sobre todo tras el inicio de la invasión rusa de Ucrania.
Tampoco se menciona si ambas partes hablaron sobre el estado actual de los arsenales rusos y posibles suministros de armamento y munición por parte de Corea del Norte, algo que supondría una violación de resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y de lo que Occidente ha acusado en varias ocasiones a Pionyang.
La información de la agencia norcoreana añade que las dos partes se comprometieron a "fortalecer y desarrollar la relación longeva y estratégica" entre ambos países, a fortalecer la relación en seguridad y defensa, y a "responder a los rápidos cambios en el entorno de seguridad regional e internacional".
Además de intercambiar obsequios, Shoigú entregó a Kim una carta del presidente ruso, Vladímir Putin.
La delegación rusa llegó el pasado martes a Pionyang, en lo que supone la primera entrada de un grupo extranjero en Corea del Norte desde que el país activó una rígida política fronteriza a principios de 2020 para evitar la entrada de la covid-19.
El cierre ha sido tan excesivo que en los últimos tres años los trabajadores y diplomáticos norcoreanos en el exterior han sido incapaces de volver a su país.
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La decisión de invitar a estas delegaciones subraya la actual cercanía de Pionyang -que lleva años rechazando dialogar con Seúl y Washington- con Pekín y Moscú, y apunta a un posible giro más aperturista por parte del régimen en materia fronteriza.
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