Kirstjen Nielsen, la futura exsecretaria de Seguridad Nacional del Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sido el brazo ejecutor de duras políticas migratorias, incluida la separación de familias inmigrantes con menores, algo que no fue suficiente para convencer al mandatario de su valía.
La titular de la cartera de seguridad interna e inmigración abandonó este domingo el gabinete de Trump después de que éste le hubiera reclamado en público y en privado una mayor dureza en materia migratoria, aunque sus labores hayan sido criticadas por defensores de derechos humanos en el país.
Nielsen ha sido la encargada de poner en marcha una agresiva política migratoria abanderada por Trump que ha incluido la separación de familias de inmigrantes con menores cuando cruzaban la frontera con México irregularmente durante meses, un veto migratorio contra países de mayoría musulmana y regulaciones para limitar el asilo en el límite con México.
Sin duda, una de las mayores sombras que quedará en el legado de Nielsen serán los llantos y lamentos desesperados que fueron grabados a los niños inmigrantes separados de sus padres cuando estos estaban detenidos en celdas.
Sin embargo, el desempeño de estas tareas no ha saciado las demandas de Trump de una mayor rigidez en temas migratorios, lo que ha generado múltiples desencuentros internos entre ambos que han sido recogidos por medios locales.
La secretaria saliente fue nominada para dirigir el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en octubre de 2017 para convertirse en la tercera persona en hacerlo bajo la batuta de Trump, tras el paso del general John Kelly y de la secretaria interina Elaine Duke.
Precisamente, hasta ese momento, Nielsen había sido la jefa de gabinete de Kelly hasta que éste se convirtió en el jefe de Gabinete del presidente.
El general había sido hasta su salida a mediados de diciembre el principal defensor de Nielsen en la Casa Blanca.
Nielsen, una experta en ciberseguridad y gestión de desastres que formó parte del consejo de seguridad nacional durante el Gobierno de George W. Bush (2001-2009), comenzó a trabajar con Kelly a finales de 2016, cuando se encargó de preparar al general, nominado entonces como jefe de DHS, para sus audiencias de confirmación en el Senado.
Kelly quedó entonces impresionado por la dedicación de Nielsen, que tras contagiarse de una severa gripe tosió tanto que se rompió una costilla, y en lugar de tomarse una baja, se vendó el torso y siguió trabajando al mismo ritmo, según la revista Politico.
Dentro del Gobierno de Bush, al que entró en 2004, Nielsen trabajó en la Administración de Transporte y Seguridad (TSA), que depende de DHS.
Graduada en derecho por la Universidad de Virginia y en servicio exterior por la Universidad de Georgetown, Nielsen creó la década pasada su propia consultoría de gestión de riesgos y trabajó en un centro de estudios sobre seguridad nacional y cibernética; estuvo ligada a esta entre 2012 y 2016.
Fue su cercana relación con Kelly la que elevó a Nielsen a la Casa Blanca, donde se convirtió en jefa adjunta de gabinete y aplicó una marcada rigidez.
La escasa tolerancia de Nielsen por las luchas internas de asesores presidenciales se reflejó en su costumbre de cancelar las reuniones con altos funcionarios de la Casa Blanca si alguien llegaba tarde a reuniones y en su minucioso control de la agenda de Kelly.
La disciplina militar implicó que se ganara entre algunos el mote de "enfermera Ratched", el autoritario personaje de la novela y película "One Flew Over the Cuckoo's Nest", mientras que, según el diario The New York Times, otros se refieren a ella como Joseph Ratzinger, el cardenal que pasaría a ser el papa Benedicto XVI.