La conejita Miffy le dice adiós a su creador

Ma. Esther Estrada M.A., corresponsal

  · domingo 26 de febrero de 2017

DICK BRUNA en 2005 durante una exposición de Miffy en Madurodam–ANP

ÁMSTERDAM, Holanda. En Holanda los niños de muchasgeneraciones están de duelo por la reciente muerte del diseñadorDick Bruna (Utrecht 1927-2017), quien en 1955 concibió a laconejita Miffy cuando le contaba cuentos a su hijo de un añito.Este personaje sigue acompañando a los pequeños de todo elmundo.

Aunque muchos han disfrutado de Miffy (aquí se la conoce comoNijntje), Dick Bruna hizo muchos otros trabajos que le ganaron unlugar en el mundo del arte.

Entre los reconocimientos más importantes que tuvo a lo largode su vida están: haber recibido en 2001 el nombramiento deComendador en la Orden del León Neerlandés, una orden honoríficaque reconoce a personas con méritos excepcionales a favor de lasociedad; en 2015 una exposición temporal en el Museo del Reino(Rijksmuseum), el más importante del país, donde se mostraronobras que reflejaban toda su trayectoria profesional; en 2016 leotorgaron el premio Max Velthuijs, que galardona a ilustradores delibros infantiles.

MIFFY Y Matisse, 1997.

¡QUIERO SER ARTISTA!

Dick nació en una familia de empresarios editoriales que teníatambién tiendas de libros y periódicos en las estaciones detrenes del país.  Al terminar la Segunda Guerra Mundial su padrelo mandó, como primogénito y futuro director del negocio, a ganarexperiencia en una empresa similar a la suya en París. Pero aljoven se le abrieron los ojos al arte. Visitó museos y galerías.Descubrió a Henri Matisse, Fernand Léger y Pablo Picasso.

Al volver a Holanda le dijo a su padre que lo suyo era el arte.¡Infarto total! Lo mismo le pasó a su futuro suegro, quien noquería que su hija se casara con un hombre sin un buen ingresoseguro.  Así que pactó que, por lo menos temporalmente, sededicaría a diseñar las portadas para los libros que salían delas imprentas familiares.

Esta resultó ser una bendición disfrazada porque le dio laoportunidad de ejercer su creatividad artística, deexperimentar.  Entre 1951 y 1969 diseño más de dos mil cubiertaspara libros de los que se vendieron en total no menos de 100millones de ejemplares. Buena parte para la serie de historias dedetectives “Ositos negros”, “La sombra” y “Maigret” quefueron muy populares. Para ello tenía que leer el libro y despuéspensar cómo hacer referencia a la trama sin develar demasiado.También diseñó posters y campañas publicitarias dirigidasespecialmente a los niños, así como otros trabajos paraparticulares.

MIFFY LLORANDO.

Para Bruna fue maravilloso darse cuenta que podía transmitirmensajes sin hacer uso de la perspectiva, con diseños muysimplificados, donde con libertad y espontaneidad usó diferentestécnicas como los collage de figuras recortadas con tijeras. Susgrandes influencias fueron el movimiento de vanguardia francés yel movimiento holandés De Stijl. Entre los artistas que másinfluyeron en su trabajo, además de los tres que mencioné antes,están los holandeses Sandberg, Werkman y Gerrit Rietveld.

Su estilo quedó definido: líneas limpias, colores primarios yfiguras abstractas sobre un fondo plano.

MIFFY

Esta conejita cumplió ya 62 años, pero sigue tan joven yactual como siempre. Uno de los pocos signos de cambio en sudiseño han sido sus orejas, que originalmente estaban muyseparadas y desde hace décadas están más juntas y másredondas.

A lo largo de los años han aparecido diferentes personajes quela acompañan: papás, abuelos, tíos, amiguitos del colegio eincluso una mascota. En total Dick Bruna publicó 124 libros decuentos (de los cuales 32 sobre Miffy) hasta 2012, cuando cumplió85 años y decidió dejar de dibujar.

DICK BRUNA en su taller en 2007.

¿Cómo es que con solo dos puntos (ojos) y una cruz (nariz yboca) pudo transmitir emociones? Para mí sigue siendo unaincógnita, pero lo logró. También jugó con los colores. Élsostenía que el azul es “frío”, mientras que el rojo y verdeson “cálidos” porque tienen amarillo.

¿Cómo la dibujaba? Aunque parezcan trazos muy simples, Brunale dedicaba muchas horas hasta que cada imagen quedaba a su gusto.Empezaba a lápiz sobre un papel casi transparente. Cuando estabasatisfecho ponía debajo una hoja de papel para acuarelas yrepetía el trazo para que se marcara en él. Retiraba la hoja dearriba y con un pincel mojado en tinta acrílica negra seguía lasmarcas. Por las características del papel las líneas quedaban unpoco gruesas y difuminadas, justo el efecto que buscaba. Yaentonces escogía los colores para la ropa, el fondo y los demásobjetos.

Los libros con las aventuras de Miffy se han traducido ya a 50idiomas (del árabe al latín), son de apenas 16 páginas, todascon ilustraciones y solo cuatro renglones de texto. Estánpublicados en pequeño formato (15.5 x 15.5 cms.), porque Brunaconsideraba importante que los niños sintieran que estaba hechospara ellos. ¿Sabe dónde hay más fans de Miffy fuera de Holanda?¡En Japón!

¿Quiere conocer a esta conejita? Échele un ojo a esta web:www.miffy.com a este video: https://youtu.be/p6BfYhXqnAQ

Podríamos considerar que Dick Bruna fue un “bestseller”, yaque a la fecha se han vendido más de 85 millones de ejemplares desus libros en todo el mundo.

MIFFY TIENE UNA CASA-MUSEO

NIÑAS EN el Museo de Miffy.

En Utrecht, la ciudad donde pasó casi toda su vida, en 2006 seinauguró la Casa de Dick Bruna, que tras una remodelaciónreabrió en febrero de 2016 como el Museo de Miffy(www.nijntjemuseum.nl). Si viene a Holanda, no deje de visitarlo ymás si tiene hijos pequeños. Lo que sí le recomiendo es quecompre sus boletos con anticipación.

Dick Bruna se fue, tranquilamente, mientras dormía. Pero Miffyvive y seguirá acompañando a muchas generaciones de niños entodo el mundo, porque, como él decía: “Yo creé un mundo quelos niños llenan con su imaginación”. Cualquier comentariorelacionado con este artículo, favor de dirigirlo amestrada@elsoldemexico.com.mx

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