La oscura ruta del camarón: De India a Estados Unidos (Parte 2)

En la segunda parte de esta historia, Joshua Farinella continúa describiendo las irregularidades laborales y sanitarias en una planta de procesamiento de camarón que exporta sus productos a los supermercados de Estados Unidos

Ian Urbina*

  · miércoles 17 de abril de 2024

"Envíalo", decía el mensaje de WhatsApp. Esto fue sorprendente, incluso para los estándares a los que Joshua Farinella se había acostumbrado en su nuevo trabajo como gerente de la planta de procesamiento de Choice Canning en Amalapuram, India.

Su jefe, Jacob Jose, vicepresidente de ventas y adquisiciones de la empresa e hijo del CEO, Jose Thomas, conocido como JT, acababa de enterarse de que 225 cajas de camarones crudos destinados a los supermercados Aldi South, en Estados Unidos, habían dado positivo en la prueba de antibióticos.

El uso generalizado de antibióticos en la agricultura está provocando un aumento de la resistencia a los medicamentos necesarios para tratar todo tipo de infecciones en todo el mundo. En 2019, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, una agencia del gobierno estadounidense, informaron que cada año se producen cerca de tres millones de infecciones resistentes a los antibióticos en Estados Unidos, lo que provoca la muerte de decenas de miles de personas.

Si bien la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) prohíbe la importación de camarones tratados con antibióticos, la agencia sólo inspecciona aproximadamente el uno por ciento de los camarones importados. En contraste, la Unión Europea verifica el 50 por ciento de los camarones importados de la India.

225 cajas de camarones crudos destinados a los supermercados Aldi South, en Estados Unidos, dieron positivo en la prueba de antibióticos

Según los investigadores, las probabilidades de que un lote de camarones contaminados de Choice Canning u otras empresas sea detenido son bajas. Una hoja de cálculo del inventario de la empresa muestra que más de 250 toneladas de camarones positivas para antibióticos fueron recibidas por la planta de Amalapuram, de Choice Canning, en 2023.

El uso generalizado de antibióticos en la agricultura está provocando un aumento de la resistencia a los medicamentos necesarios para tratar todo tipo de infecciones

Es difícil determinar exactamente cuánto de estos camarones llegaron a Estados Unidos, pero los documentos de la empresa parecen mostrar casos en los que los envíos completaron el viaje. Una revisión de los datos de la FDA indica que la agencia ha testeado camarones de Choice Canning en busca de antibióticos sólo 21 veces desde 2003 y que nunca encontró una violación. En el mismo período, la empresa envió más de 100 mil toneladas de camarones a América.

Cada año se producen cerca de tres millones de infecciones resistentes a los antibióticos en Estados Unidos, lo que provoca la muerte de decenas de miles de personas

Según Farinella, los documentos destinados a rastrear los camarones hasta las granjas certificadas y rastrear la presencia de antibióticos eran, a veces, engañosos. El vicepresidente de Ventas y Adquisiciones le dijo que no usara la palabra "antibióticos" en ninguna comunicación interna. "Por favor, usa la palabra Oscar" para referirte a los camarones que habían dado positivo en la prueba de antibióticos, escribió el gerente en WhatsApp, añadiendo "jaja".

(La empresa negó haber enviado camarones contaminados con antibióticos a Estados Unidos y dijo que este intercambio y el significado de 'Oscar' han sido tergiversados por Farinella. Para ver la respuesta completa de Choice Canning y de otras empresas u organizaciones, visite la Página de discusión).

Farinella dijo que aunque estaba en desacuerdo con la política, hizo lo que se le dijo. "Casi 5 toneladas de Oscar en empaques terminados para Wakefern. ¿Qué hacemos?", escribió Farinella en WhatsApp al vicepresidente de ventas de la empresa el 1 de febrero de 2024. "Envíalo en un contenedor", respondió el ejecutivo por mensaje de texto. Así se fue enviado a América, empaquetado en bolsas marcadas como "todo natural". (Wakefern no respondió a las solicitudes de comentarios).


Creo que es probable que me contrataran no para administrar la instalación, sino para ser el rostro estadounidense que daba legitimidad (pero) en una planta con tantos problemas, yo no quise ser ese rostro

-Joshua Farinella. Ex gerente de la planta de procesamiento de Choice Canning



El sitio de Choice Canning está lleno de grandes edificios de concreto que albergan instalaciones de procesamiento, almacenes, congeladores, dormitorios, equipos eléctricos y oficinas. La ropa se cuelga para secarse en líneas tendidas entre los edificios y los colchones se colocan al sol para ventilar. Durante su tiempo como gerente de la planta, Farinella tenía una amplia gama de responsabilidades: buscar trabajadores y suministros de camarones, administrar las finanzas y asegurarse de que la planta cumpliera con su cuota de producción mensual.

Al principio le costó establecer cuántos trabajadores vivían en el lugar, cómo estaban alojados y alimentados, y cómo funcionaban sus contratos. En un momento dado, se topó con lo que llamó un "dormitorio oculto" ubicado encima de los compresores de amoníaco utilizados para la refrigeración, poniendo a los trabajadores en peligro en caso de fuga o incendio.

Los gerentes de la planta sabían que había que mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y discutían regularmente en WhatsApp y por correo electrónico sobre cómo solucionar varios problemas. En una ocasión, un gerente le envió por correo electrónico una foto de chinches que habían colonizado más de 500 colchones.

Farinella encontró trabajadores durmiendo en el suelo, usando camisetas como almohadas. Dijo que él y otros lucharon por obtener autorización para realizar los cambios necesarios. "¡Necesitamos más literas de inmediato, esto no puede esperar otro día, por favor!", escribió enojado el vicepresidente de recursos humanos de la planta en un correo electrónico. "Las personas tienen dificultades desde hace meses".

Unas semanas más tarde, Farinella descubrió durante una conversación grabada con un contratista laboral de Choice Canning que 150 trabajadoras habían pasado un año sin tener un día libre después de que dos empleadas preguntaran si se les permitía hacer una salida.

La FDA sólo inspecciona el 1 por ciento de los camaro- nes que llegan a Estados Unidos / Foto: The Outlaw Ocean Project

Farinella lo aprobó en el acto. Más tarde, dijo que se sentía con las "manos atadas" y que se le responsabilizaba de todo lo que salía mal a pesar de no tener el poder para mejorar las cosas.

También era difícil, dijo, determinar cuánto tiempo pasaban los empleados trabajando. Un ejecutivo de recursos humanos admitió sin tapujos en una reunión de Zoom grabada por Farinella los ajustes que tendría que realizar a los registros de asistencia y las tarjetas de entrada y salida para pasar una auditoría.

La ley estatal en Andhra Pradesh estipula que los trabajadores deben recibir al menos 450 rupias ($5 dólares) por día. Sin embargo, una factura de un contratista de mano de obra y un intercambio de correos electrónicos entre gerentes parecían indicar que algunos trabajadores recibían solo 350 rupias al día. (La empresa ha dicho que siempre pagó el salario mínimo a todos sus "asociados" y recientemente incluso dio un aumento a algunos de sus empleados).

"Me sentía mal", escribió Farinella más tarde. "Ni siquiera quería hacer contacto visual con los trabajadores que vivían allí o los trabajadores locales. Estaba disgustado y avergonzado de todo. Sé que los trabajadores no podían estar de acuerdo con lo que ocurría. Y también sabía que probablemente pensaran que yo representaba gran parte del problema".

En diciembre, Farinella le preguntó a Jacob Jose si los trabajadores podían recibir el salario mínimo. En un intercambio de correos electrónicos con ejecutivos de alto nivel, JT se declaró "sorprendido" de que no lo estuvieran recibiendo. Uno de los ejecutivos recordó a JT que anteriormente les había dicho "no hacer ningún cambio en Amalapuram por el momento", en lo que respecta a los salarios. (En correos electrónicos internos, los gerentes de la empresa dijeron más tarde que planeaban aumentar los salarios).


Casi 10 mil libras de "Oscar" (antibióticos) en empaques terminados para Wakefern. ¿Qué hacemos?", escribió Farinella por WhatsApp al vicepresidente de ventas de la empresa. "Envíalo en un contenedor", respondió el ejecutivo, y así se fue a América, empaquetado como "todo natural

En enero de 2024, había prevista una visita de inspectores de Aldi South, una cadena de supermercados internacional, a Amalapuram para una auditoría social que verificara las condiciones laborales en la planta. Si bien algunas auditorías son sorpresa, la de Aldi South estaba programada con meses de anticipación. (Aldi South dijo que "estaba tomando las acusaciones con seriedad" y que necesitaría más tiempo para investigar).

Farinella se reunió con otros supervisores para discutir los preparativos y grabó la conversación. Los gerentes se centraron en qué decir a los auditores respecto al número de trabajadores en la planta. El tamaño de la fuerza laboral es de particular preocupación durante las auditorías, según el informe del Corporate Accountability Lab, porque los auditores comparan el recuento de empleados con los registros salariales, las camas disponibles y la cantidad de espacio de trabajo en la fábrica para ver si hay irregularidades relacionadas con el pago o la seguridad.

Los gerentes también discutieron un plan para trasladar a los trabajadores fuera del sitio a una ubicación alquilada cercana antes de que llegaran los auditores. Los investigadores laborales dicen que esta no es una práctica poco común en el trato con los auditores.

"Necesitamos mostrarles un número considerable", reflexionó el oficial de control de calidad durante una reunión grabada al decidir cuál podría ser una estadística convincente para mostrarle a los auditores. Finalmente, los gerentes optaron por 415 como un número que parecería plausible.

Unos días más tarde, en una reunión grabada, Farinella discutió los planes con otro ejecutivo de recursos humanos.

  • “Así que básicamente los llamaremos cuando llegue el auditor, los llamamos y les decimos 'váyanse y hagan algo por el resto del día'”, dijo.

  • “Exacto”, dijo el ejecutivo.

  • "¿Cómo demonios se te ocurrió esa idea?"

  • “Señor, cuando JT tiene una espada sobre tu cabeza. Las ideas terminan surgiendo”.

Poco después de su llegada, Farinella descubrió otra preocupación: los cobertizos de pelado de camarones fuera de la planta. Uno estaba a 35 minutos en coche de la instalación principal de producción, el otro a una hora y media de distancia. Las certificaciones BAP y otras prohíben el uso de cobertizos de pelado porque son más difíciles de regular. El informe de CAL dice que "los cobertizos de pelado a menudo están ocultos y rara vez son auditados". Los dos cobertizos que utilizaba Choice Canning procesaban de 10 mil a 15 mil libras de camarones por día, casi la mitad de la cantidad que la empresa enviaba a Estados Unidos, según Farinella y decenas de informes de producción diarios. (La empresa ha dicho desde entonces que ninguno de los camarones procesados en estos cobertizos era para clientes BAP. No especificó dónde se vendían esos camarones).

Durante su estadía en la planta, Farinella recibió un flujo incesante de mensajes de la alta gerencia. JT, el director ejecutivo, a menudo parecía furioso por las deficiencias de higiene. "Resuelvan este lío del almacén frigorífico lo antes posible", escribió en un mensaje de WhatsApp.

"¡Quienquiera que haya hecho esto sufrirá las consecuencias!". Un día, después de que le mostraran una foto del sitio en buen estado, dijo que le acababan de informar que había que desechar $80 mil de producto porque los clientes estadounidenses se quejaron del olor.

"¿Cómo puedo creer en sus fotos?", escribió en WhatsApp al personal. Pero Farinella también sentía que se le ponían obstáculos cuando intentaba hacer mejoras. "Cuando le decía a JT qué cambios necesitaba hacer, simplemente me decían 'no'".

Farinella también estaba bajo una presión constante por no generar suficientes ingresos. En una reunión de Zoom grabada el 6 de febrero de 2024, entre Farinella y tres ejecutivos, incluido JT, los líderes expresaron frustración con Farinella por no ser suficientemente productivo, utilizando lo que Farinella describió como "la habitual velada amenaza de despido". "No sé cuáles son tus resultados para enero", dijo JT. "Deberías estar más preocupado que yo".


El vicepresidente de Ventas y Adquisiciones le dijo a Farinella que no usara la palabra 'antibióticos' en ninguna comunicación interna. 'Usa la palabra Oscar', escribió el gerente, añadiendo un 'jaja'


En enero, Farinella finalmente decidió hacer público lo que sabía sobre la planta y contactó a un periodista. "Creo que es probable que me contrataran no para administrar la instalación, sino para ser el rostro estadounidense que daba legitimidad", dijo. En una planta con tantos problemas, agregó, "me temo que no quiero ser ese rostro". (Para explorar más a fondo cómo se llevó a cabo esta investigación, consulte la página de metodología).

Un camarógrafo viajó a la India para documentar las condiciones en la planta. Farinella estaba tan nervioso que cuando vio policías armados cerca de su apartamento sintió que se le “salía” el corazón del pecho. (Resultó ser una coincidencia).

Unos días después, Farinella tomó un avión de regreso a Estados Unidos y envió su renuncia por correo electrónico desde el aeropuerto. Después de aterrizar en Pennsylvania, se detuvo en un McDonald's camino a casa. "Ni siquiera me gusta McDonald's", dijo. "Pero la hamburguesa con queso de ese día fue inigualable".

La presión también estaba empezando a afectar a los colegas de Farinella. El 14 de febrero de 2024, un oficial de recursos humanos de la planta contactó a Farinella por WhatsApp para decirle que él también renunciaba a Choice Canning. La cantidad de horas de trabajo estaba afectando su matrimonio, dijo, y la disputa con los trabajadores locales sobre los salarios había arruinado su reputación. Lo estaban amenazando por teléfono.

"Cuando me iba a casa en el coche", escribió más tarde en WhatsApp a Farinella, "algunos locales me atacaron a pedradas".

Farinella contrató a un abogado en Estados Unidos y presentó una denuncia formal ante la FDA y varias otras agencias federales. No estaba seguro de qué podría lograr, pero quería dejar constancia de lo que había visto.

El mismo día, los auditores de Aldi South llegaron a Amalapuram. Estaban allí para llevar a cabo las inspecciones que los gerentes locales habían estado discutiendo durante semanas. Después de que terminara la auditoría esa noche, Farinella contactó a sus antiguos colegas y les preguntó si habían procedido a reubicar a los trabajadores. Dos de los gerentes confirmaron que así lo habían hecho. "Exactamente, señor", escribió uno en WhatsApp. "Todos los trabajadores fueron enviados fuera de la instalación".


* Esta historia fue producida por The Outlaw Ocean Project con contribuciones de Ian Urbina, Maya Martin, Jake Conley, Joe Galvin, Susan Ryan y Austin Brush.